Comentario del teólogo Ruiz de la Peña sobre 'Camino'.- IgnaciodeLoyola
Fecha Friday, 27 April 2007
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Aunque quería reservarlo para otro envío, indico un descubrimiento que he hecho por azar (aunque dicen que el azar no existe), hace unos días, en el libro de la trilogía del teólogo Juan L. Ruiz de la Peña, titulado "Imagen de Dios: Antropología teológica fundamental".

 

Se trata de la visión del cuerpo, en el libro "Camino" de Escrivá. El teólogo Juan L. Ruiz de la Peña comenta al respecto lo siguiente:

 

"[...] Pero con lo dicho basta, seguramente, para advertir que el cuerpo no puede ser infravalorado, tenido en menos, visto como éticamente inferior o sospechoso. Tal consideración peyorativa ha sido frecuentísima en cierta literatura espiritual, no sólo antigua156, sino incluso contemporánea157."

 

(156) Vid. Un texto del cardenal Lotario – luego Inocencio III – reproducido por BENZO, 229s.; en la misma línea se sitúa Tomás de Kempis y su leidísima Imitación de Cristo.

(157) ESCRIVÁ, J.M., Camino, Madrid, 1952, nos. 195, 196, 214, 226, 227.

 

Los números de Camino a los que se refiere Ruiz de la Peña son:

 

(Cap 6: Mortificación)

 

195            Tuvo acierto quien dijo que el alma y el cuerpo son dos enemigos que no pueden separarse, y dos amigos que no se pueden ver.

 

196            Al cuerpo hay que darle un poco menos de lo justo. Si no, hace traición.

 

(Cap 7: Penitencia)

 

214            Di a tu cuerpo: prefiero tener un esclavo a serlo tuyo.

 

226            Trata a tu cuerpo con caridad, pero no con más caridad que la que se emplea con un enemigo traidor.

 

227            Si sabes que tu cuerpo es tu enemigo, y enemigo de la gloria de Dios, al serlo de tu santificación, ¿por qué le tratas con tanta blandura?

 

Con todo esto, entiendo ahora que el “Prelado” (me estoy metiendo otra vez con él) sea incapaz de entender y ayudar, por falta de conocimientos y de formación humana (seguro que con estas perspectivas, los del Vaticano son igualitos a él), a la cantidad de enfermos por depresión que tiene entre sus miembros.

 

Recomiendo que se lea en su integridad, para evitar toda parcialidad en este tema, en la segunda parte (Antropología sistemática) de este libro del teólogo Juan L. Ruiz de la Peña, el capítulo 3: "El problema alma-cuerpo: el hombre, ser unitario". También contiene un apartado sobre el peso decisivo del maniqueísmo y de la mediación platónica (en la influencia que ha tenido en la teología), en la antropología de San Agustín.

 

En un envío anterior, he comentado el pensamiento del P. Teilhard de Chardin (paleontólogo y pensador jesuita francés, muy por delante de su tiempo). Lo recomiendo nuevamente, para quienes quieran renovar a fondo los planteamientos sobre una espiritualidad seglar del trabajo, y una reflexión sobre el ser humano (*como pertenezco a otra escuela de pensamiento, por los descubrimientos que he ido haciendo libremente por mi cuenta, prefiero personalmente la palabra “acción” – pero tiene que haber de todo en la Iglesia), en sus relaciones con una espiritualización y salvación de la totalidad del cosmos, en el que el ser humano se encuentra además insertado a través de su cuerpo. [*Teilhard de Chardin tiene también una manera muy interesante de valorar a la mujer – su relación personal con la mujer ha sido muy positiva; ha sido de esos pocos sacerdotes completos, humanamente hablando –, a la que hace referencia igualmente en sus obras. Creo recordar que en su libro “La energía humana”, donde enfoca la sexualidad, el uso de las energías humanas, en forma muy distinta.] Desde esta perspectiva particular, en un nuevo desarrollo, más completo, de un "carisma fundacional", que no limita todo lo que uno puede ir descubriendo progresivamentey no de golpe, una vez para siempre, como algunos pretenden, sobre todo las tercas mentes ibéricas como diría Ortega, que recurren siempre al tomismo para justificar su propia mediocridad de pensamiento –, éste sería uno de los significados de la Eucaristía, "fruto de la tierra y del trabajo de los hombres".

 

Saludos para todos,

 

'IgnaciodeLoyola'.

 

 

P.D. Mi valoración personal sobre los escritos de Escrivá, es que por las características "clericales", preconciliares que contienen, no los veo aptos para inspirar un desarrollo completo de un pensamiento y una espiritualidad para seglares. (Lo único que me ha gustado leer de él han sido algunas de sus homilías, por ejemplo sus interesantes reflexiones sobre la figura de San José).

 

Ahora que han conseguido canonizarlo, los sacerdotes de la Obra deberían quedarse con él, para sus lecturas personales privadas (la figura de Escrivá es muy buena para ellos). Pero los laicos católicos en España deberían ponerse en búsqueda, y en realidad ya lo están haciendo, de otros recursos espirituales, intelectuales y vitales más completos.









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