Querida Agustina:

 

                         Me causó una honda impresión la noticia de las penosas circunstancias de la muerte de don Antonio Petit.

 

                         Esto me ha movido a escribir estas líneas, para que las publiques, si te parece oportuno en la web, ofreciendo en primer lugar mi solidaridad humana, para dar un apoyo aunque sea por este medio, y si l@ tuviera cerca, también de modo material, a toda persona que en circunstancias similares buscara un pecho fraterno, para morir abrazado, como reza la conocida letra de un tango. También puedo ofrecer una oreja para escuchar, y un hombro para llorar...

 

                        En segundo lugar, ofrezco a quién lo necesite y estuvise atravesando circunstancias similares a las de don Antonio, mi asesoramiento y si hiciese falta, también la defensa técnica como abogado. Como es obvio, en forma total y absolutamente gratuita.

 

                        Esta vez, firmo sin seudónimo.