Querido Líbero: Me ha emocionado la carta a tí dirigida para hablar del caso grave de Antonio Petit.
Quisiera añadir además que los que le conocimos amamos a Dios y a Jesús por su manera de vivir que concordaba absolutamente con su predicación. Le tenían envidia, esa es la palabra!!!! Era Cristocéntrico y eso en la Obra no se puede soportar porque en ella no te enseñan a amar a Jesús, o eres Opuscéntrico o eres Padrecéntrico, de ahí que no se sepa vivir la caridad ni se practiquen las obras de Misericordia. No quiero abundar más, la carta que has recibido lo dice todo... y confío y deseo que nunca más le ocurra a nadie algo parecido, Antonio desde el cielo estoy segura que velará para que su sacrificio no haya sido inutil.
Marietta