¡Nos hemos quedado sin el Limbo!.- Armando
Fecha Wednesday, 25 April 2007
Tema 900. Sin clasificar


Como ya es de conocimiento de todos, ha sido publicado por la Comisión teológica respectiva el informe sobre la existencia del limbo, el resultado ha sido que no, que no existe y las criaturas que han muerto a los pocos momentos de nacidos sin ser bautizados, van directamente al cielo.

 

No sé nada de teología por lo cual no entraré a discutir sobre si ha sido acertada la conclusión o no, pero me llama la atención que siglos después, nos digan que no a algo que hemos creído y estudiado en los respectivos catecismos de la iglesia católica, que en los tiempos que los memorice se llamaban “catecismo de doctrina”. En fin que la lectura de la noticia me hizo pensar como habrá sido aquello en cuanto al cierre total del limbo y el traslado de las almitas que la habitaban, al cielo. Esto me deja a mí en el limbo y suscita una serie de interrogantes en el tema que nos ocupa en esta web.

 

En efecto, si algo que había sido sancionado durante siglos por papas, obispos, clero y fieles de a pie, ha venido a ser desechado de un plumazo, ¿qué pasará en años venideros con afirmaciones tan tajantes como la vocación laical dentro del Opus Dei?. Dicho de otra forma, ¿habrá una Comisión en el futuro que dictamine que las prácticas de esa institución de la Iglesia no obedecen al mensaje cristiano?.

 

Esto sé que es aventurar mucho pero a la luz de lo que comento y sumado a ello lo que Ana Azanza nos dice en su último escrito, a la vez con las reflexiones de Malco sobre la Iglesia, dan pie para pensar que algún día puede ser dictaminado que alguna o algunas de las creencias actuales en general y de ciertas instituciones como la Obra en partícular, no son válidas.

 

Porque recuerdo cuando en las catequesis explicamos a los niños la existencia del limbo, así también cuando este tema salió en alguna clase de las asignaturas internas –ahora llamadas institucionales-, ¿dónde quedará todo eso?. ¿Cuántos libros tendrán que ser revisados?. Y claro, si mi finada abuelita se hubiera enterado de esto, vamos que le escribe directamente al mismo Papa para protestar. Pero fuera de ironías, me deja perplejo el hecho que una Comisión dictamine estas cuestiones que nos han hecho creer por fe a varias generaciones.

 

Por supuesto que para el común de los mortales, esta noticia no es más que otra venida de Roma de la cual no entienden nada, pero para los creyentes si tiene su importancia, no por el hecho que exista o no el limbo, sino por la forma en modificar lo que creemos sin más explicación que la dirigida para los iniciados. Por supuesto que tal medida no  hace claudicar mi adhesión a la fe Católica, no obstante, constituye un punto a favor digamos, de quienes cuestionan algunas actitudes de la Iglesia cuando se debate al respecto de la fe y el abandono de la misma al dejar la Obra.

 

Por otra parte, esta medida pone en la palestra la veracidad de afirmaciones como la de “doctrina perenne”, o “espiritualidad esculpida a fuego”, asimismo la de “será así hasta el final de los tiempos”. Para llegar a aquella que “Dado por Dios al fundador para toda la eternidad por lo cual con su muerte se ha cerrado el depósito del mensaje fundacional”. Porque tan tajantes son estas afirmaciones como la que sostenía hasta avanzado el siglo XX la existencia del limbo. Ya hemos visto en qué ha terminado esta última, a ver cuánto tiempo más deberá pasar para desmontar las antes señaladas.

 

Un cordial saludo

 

Armando









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