Pido perdón por intentar entrar en esta web que me parece entrañable por humana, triste por lo que en ella se cuenta y alegre por el valor de los que lo cuentan, sin odio y, en general, con mucha serenidad.

Y me gustaría que me permitierais escribir unas breves palabras, porque aunque ni soy ni he sido ni tengo ninguna intención de ser miembro del Opus Dei, me une a vosotros algo más importante que el Opus: Estar bautizado, pertenecer a la Iglesia de Jesús, y ser hijo de un mismo Padre, Dios.

De vuestros escritos, en general, llego a la conclusión de que lo de ser cristianos corrientes, es una frase hecha, pero incierta. Si todo lo que os hacían hacer y pensar es de cristianos corrientes, yo creo que he estado viviendo en otra Iglesia. Yo creo que soy un cristiano corriente. Malo, seguramente, indigno. Pero creo que corriente. Y todo lo que os leo me suena a convento. Pero a cristianos corrientes, no.

Otra cosa. ¿Quién es San Josemaría para garantizar o no a nadie la salvación. Quien nos garantiza la salvación, gratuitamente es nuestro Padre, Dios. Y no creo que por nuestros méritos y buenas obras.

Si la Iglesia es la Iglesia de los pobres, no veo que una de las grandes preocupaciones del Opus sean los pobres, que por otra parte somos la gran mayoría de esta Iglesia y de toda la humanidad.

Y por último por ahora. Si la mayoría de los del Opus habeis sido seglares, y el Opus creo que presume de eso, la mayoría de vuestros escritos rezuman un clericalismo y canonicismo, dignos de mejor causa. Esto lo digo no como una crítica a vosotros sino a lo que indica de en lo que os han formado.

Ahora, para despedirme, me toca pedir perdón por lo que he escrito, si en algo os pueda ofender o he dicho alguna tontería. Sólo os pido que me acojáis como cristiano. Os desea lo mejor este intruso. Y por si acaso, no os encomendéis a San Josemaría, por la cuenta que os trae.

Un abrazo a todos,

Mois