Leyendo un artículo, encontré lo siguiente, que me dejó pensando:
“Tras la constitución de las Monarquías, la libertad y la obediencia quedaron sujetas a un orden racional. En las Cortes castellanas se estableció, para explicarlo, una definición clara entre fidelidad y lealtad: fiel es aquel que sigue a su señor sin preguntarse por la justicia de su causa; leal, en cambio, el que impide a su señor cometer injusticia. La lealtad es por tanto, la verdadera virtud del súbdito, que ayuda a sus gobernantes a seguir el camino recto. Porque fieles también lo son los bandoleros respecto al jefe de la partida.”
L. Suárez Fernández, La Monarquía española, motor de su historia
Y como decía un viejo maestro de lógica “… y al que le toque la flor que se sonroje… y si quieres más… vuelve mañana morena…!!”
Haenobarbo