Sobre mi caminar.- Emevé
Fecha Friday, 20 April 2007
Tema 020. Irse de la Obra


Sobre mi caminar

Emevé

Lima, 20 de abril de 2007

 

1. La Salida.

 

Nos cuenta Abelardo (18.04) que no entiende el tema de pasarlo mal antes de irse del opus. Nos cuenta que está feliz viviendo su libertad, disfrutando minuto a minuto sus días y aprendiendo a manejar las riendas de la vida que vuelve a tomar entre sus manos. Y me alegra. No puedo evitar sonreír de alegría de imaginármelo contento, como un niño, descubriendo cosas nuevas que antes no veía, desarmando estructuras mentales, prejuicios, descubriendo que le mintieron y disfrutando conocer la verdad, sea “bonita” o “fea”. Te felicito. Eres un afortunado, un ganadorazo, un winner, un ídolo (como decimos aquí). Y que la vida te llene de más de lo que tienes, y te colme de todo lo que anhelas. De corazón.

 

Sin embargo entiendo perfectamente a quienes se lo pasan mal. Es más, creo que la gran mayoría sufre mucho antes de pasar (luego de bastante trabajo) al estado de alegría de la que ya disfruta nuestro amigo. Y no es porque sean tontos de capirote y no vean la realidad, es porque han sido engañados tantas veces y por tanto tiempo y de la manera más grave, han sido engañados en nombre de Dios. Tienen miedo de ser traidores (el mismo Judas), tienen miedo de condenar su alma (“¿de qué me sirve que me quieran a mí si no quieren a Cristo?”, frase de Escrivá refiriéndose a los que se iban de su obra). Ese miedo es paralizante, al menos en mentes como la mía...



No me excluyo de la responsabilidad que me pueda haber tocado por ser un poquito MUY imbécil, y quien no haya hecho una imbecilidad en su vida que tire la primera piedra. Pero si a los 17 años, una chica que viene de una familia de autoridad vertical, que quiere hacer cosas buenas con su juventud y sus energías y siente necesidad de ser valorada, de que alguien le diga que hace algo bien, cae en manos del opus... pues fíjense que los Directores espirituales “expertos en almas” (va entre comillas porque es una ironía) no le dicen a esa chica: “mira mujer, lo que tú tienes es un problema por resolver con tu autoestima, habla con tu familia y diles que necesitas que te valoren, que de vez en cuando te digan que has hecho bien y que dejen de asumir que por hacerlo tú tiene que salir bien y solamente te noten cuando hiciste algo mal”.

 

No, a esa chica le mandan un mensaje diferente, tanto en charlas de adoctrinamiento como en la dirección espiritual personal. El mensaje que esa chica oye es “ven con nosotros, que nosotros sí te apreciamos, te valoramos. Ven aquí que puedes hacer mucho bien, con nosotros te vas a comer el mundo. Jesús te ha elegido desde toda la eternidad para que seas numeraria del Opus Dei. Olvídate de tu ''familia de sangre'', que no te valora, nosotros somos tu nueva familia, y como nosotros nadie te va a querer jamás”. Y una entra pensando que tiene la fuerza suficiente (Dios le ha dado la vocación y si ha habido un error, el Señor mirando su generosidad se la dará sin duda alguna) y antes de que en el camino le entre alguna duda, le van diciendo que tiene toda la gracia de Dios para continuar ese camino, que si no lo hace es porque es poco generosa, una traidora y además una reverenda tonta desagradecida que desprecia su “primogenitura por un plato de lentejas”.

 

Entiendo que hay intelectos superiores que logran estrechar un vínculo con el Señor más allá de lo que le enseñan los del Opus, pero conozco a pocos privilegiados, o por lo menos no fue mi caso. Yo me lo pasaba mal, y no se me ocurría irme. Yo pedía al Señor la muerte antes de no perseverar. Yo iba al Oratorio y le rogaba al Señor “sácame de aquí, por favor sálvame”. Y si no me hubieran echado, yo no me hubiera ido. No por ser feliz allí dentro, sino por haber estado convencida de la mentira que me habían vendido. Y me ha costado mucho trabajo, y me lo sigue costando, el acabar con esos prejuicios, quitarme la venda y ser feliz.

 

Es por eso que entiendo que alguien que se sienta dentro como me sentía yo reaccione o con violencia ante opuslibros (da rabia que alguien no crea en lo que uno cree a pesar de su propia vida) o con cautela, diciendo que se quiere ir, pero porque el problema es él, que no le quiere hacer daño a nadie, y que por favor si alguien puede que le eche una mano. Los entiendo y me gustaría ayudarlos. Me siento impotente a veces, pero sé que de una manera u otra, hago mi pequeña parte para echarles la mano y enviarles un abrazo para que sientan que los entienden y los aceptan, que no son los únicos, que la noche pasa y llega el día. Y que no va a ser fácil, no sólo se trata de salir sino de re-construirse.

 

2. La Reconstrucción.

 

A veces una topa con personas que piensan que todas las virtudes “humanas” son propias del opus y hay que perderlas. Y por no continuar en su vida con “estructuras opus” dejan de ser lo que conocemos como “caballeros” o “damas”, solamente porque a nadie se le ocurra pensar que  sigue siendo opus. También hay gente que por causa del opus ha dejado de creer en Dios. Hay personas que se portan exactamente como no se portaría siendo opus y tampoco son felices. Es un camino largo, personal, en el que los demás sólo podemos echar una mano, pero no podemos venderles el mapa. Aquí sí “cada caminante hace su camino”.

 

Solo pido que no pensemos que el nuestro es el único camino. Yo ahora soy una mujer feliz, que disfruta las pequeñas alegrías de la vida, que tiene también tristezas, malos días y problemas como todo mundo, pero que intenta superarlos. Una persona que intenta ser leal y honesta, una persona que intenta no hacer daño a nadie y que a pesar de eso lo hace, sin querer, sin buscarlo y tiene que rectificar. Soy una persona en proceso de construcción y soy feliz porque sé que de eso se trata la vida. Pero no significa que mi manera de construirme sea el camino de los demás. Solamente significa que estoy caminando.

 

He tenido varias discrepancias con muchas personas que rondan Opuslibros durante ese proceso, personas a las que he herido sin darme cuenta, y posiblemente queriendo, porque a veces me ha hecho falta sentirme una víctima para sentirme importante, y no les he pedido perdón, y lo que es peor, no recuerdo muchos de los casos concretos. Es solamente que ahora me tocó a mi estar del otro lado y me di cuenta que aunque una no quiera, duele, da pena, y da un poco de rabia que a una la traten injustamente. Es por eso que pido perdón a todos a los que haya podido herir en directo o de refilón.

 

Recuerdo a alguien a quien le dije (no sé por qué) que no era mi amigo, que no me importaba su vida (¿puedo decir tu nick JoseL sin que te sonrojes?) y no sé por qué este chico ha seguido siendo mi amigo, y te lo agradezco, y te pido disculpas. Te pido perdón “amigo brasilero” por haberte acosado hasta el cansancio con mis problemas, casi exigirte que me quieras como yo a ti, entiendo que yo necesitaba llamar la atención, sentirme importante, sentir que valía algo para alguien y tú fuiste prácticamente mi víctima, lo siento. Te pido perdón “amigo monkey” porque mientras yo tuve problemas estuviste cerca, dándome ánimos, haciéndome reír, ayudándome a desenfocar el lente que lo tenía concentrado en las penas y no en las cosas “realmente importantes”, y cuando tú tuviste problemas yo no supe (no sé) estar a la altura.

 

Les pido perdón a aquellas chicas que están (o estaban) enamoradas de numerarios que buscaban en mi una oreja que no supo entenderlas, y en lugar de encontrar un alivio a su dolor, encontraron alguien que no las pudo comprender. Confieso que a veces creo que es mi deber ayudar a la gente y resolverles la vida y cuando no lo logro, me frustro, me enojo y me mando mudar.

 

Le pido perdón a todas aquellas personas que han estado en mi camino cuando yo necesitaba llamar la atención, sentirme víctima, que alguien me note y vea que soy importante, y que haya salido lastimada.

 

También perdono a todas aquellas personas que no supieron ayudarme, que prefirieron comentar entre sí sobre mí sin decírmelo a la cara. Me han hecho sufrir mucho, pero nadie es perfecto, ni ustedes ni yo, y quiero olvidarme del tema y seguir adelante. Espero que ustedes aprendan algún día lo mucho que duele ser el blanco de los “comentarios” de personas que no te quieren lo suficiente como para decírtelo y echarte una mano. No porque sea yo una fanática de las “correcciones fraternas” opusianas, sino porque creo en las correcciones de las personas que te quieren, como enseña el Evangelio. Sólo espero que no lo aprendan en carne propia.

 

3. Mensaje final

 

Esto no quiere decir que ahora todo mundo me cae bien y los amo a todos. Simplemente significa que si vuelvo a meter la pata con alguno o alguna (Malco, contigo también) sepan que no lo hago adrede, lo hago simplemente porque estoy aprendiendo a caminar (como mi hijito) y a veces voy a hacerlo lindamente, y a veces voy a caer (de poto) como un saco de papas y quizá lastime a alguien.

 

Relax, no me voy a pasar la vida pensando en a quién le hice daño y pedirle perdón, porque sería mirar hacia atrás demasiadas veces, pero, como les dije, ahora que yo siento que he sido “herida” de refilón por alguien que también está aprendiendo a caminar, he entendido lo que he hecho yo, me siento avergonzada, me cambio el pañal delante de todos para que vean que soy humana y también la “cago” y se den cuenta que ustedes también han hecho lo mismo.

 

A veces me gustaría decirles que no me lean como quien lee algo fuera de uno mismo, me gustaría decirles que acepten que son un poquito como yo, que no vean y digan “pobre chica” como suelen hacer y escribirme para “darme ánimos”. Yo escribo y expongo mis heridas no para que me den ánimos, sino para que alguien me diga “no eres la única, soy como tú” y es que al final creo que todos nos parecemos un poco y es vital para reconstruirnos el empezar aceptándonos, a mi parecer es vital el ser sinceros con uno mismo.

 

Y no sé si eso es solamente aplicable a mi camino o si eso de “la verdad os hará libres” también se aplica a la reconstrucción de cada uno de nosotros. Porque todos somos caminantes y todos seguimos caminando. A veces ver a uno que cojea puede distraer la atención en nuestra propia cojera y las distracciones se agradecen, pero concentrémonos cada uno en nuestras propias rehabilitaciones. Esto lo quería decir hace mucho y no sabía cómo.

 

Gracias por leerme, gracias por visitar mi blog y gracias por sus testimonios, por enseñar sus caminos, sus caídas, sus logros, sus alegrías y sus penas. Me llegan al corazón cada uno de los escritos en los que las personas comparten sus vivencias y espero que nadie se sienta solo. Aunque a veces lo parezca (a mi me lo parece muy a menudo y sé que no es así).

 

Saludos a todos.

Emevé







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=9849