De acuerdo con Rocaberti, comentando sobre Scott Hahn.- Daniel M.
Fecha Friday, 30 March 2007
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Esto afirma de la Obra Rocaberti, el 28 de marzo: “Sólo interesaba meterlas en el canasto de la Obra; pero si alguien salía golpeado de esta experiencia, los directores se lavaban las manos como Pilatos, ya que eran daños colaterales que a ellos no les importaba, pues su trabajo era hacer el Opus Dei, aunque esto produjera para muchos la desilusión, la frustración y el desánimo por haberse entregado a Dios, y haber encontrado un mundo hosco en donde uno es querido si sirve, pero si no se le tira a la basura, y a buscar otro”  También dice: “Desconfío que la jerarquía de la Iglesia ponga nunca remedio. La historia nos demuestra que el Vaticano funciona más como un gobierno de este mundo, que como gente interesada en el bien de las almas. Su fuerte es el derecho canónico, no el evangelio”.
Puedo estar de acuerdo con que “uno es querido si sirve, pero si no… a la basura y a buscar otro”, pero tengo que rechazar lo que afirma sobre la jerarquía de la Iglesia, pues sé que es rotundamente falso. Lo puedo afirmar por mi caso personal.
En diciembre del 2006 formalicé por carta certificada la rescisión del vínculo contractual con la Prelatura del Opus Dei. Rescisión que ellos no aceptaron tal como yo la envié (a pesar de que la basaba en el código de derecho canónico con cita de los canones respectivos) y tuve que esperar a finales de enero del 2007 para que un sacerdote de la prelatura de forma oral me dispensara de mis compromisos. Según él, había un procedimiento que seguir (no aceptaban mi forma) y la mejor manera era así. Oralmente, por comunicación verbal de él. Los meses anteriores había insistido especialmente en que no pidiera la dispensa por escrito. Y es que realmente, mi escrito era “cortante” –aunque correcto- y lo contrario a lo que ellos podían esperar.
Supongo que gracias a él, salí de la Obra. Porque fue él quien debió convencer al consejo local que el plan de vida me daba tensión y no era bueno para mí…. Aparentemente, debería agradecérselo, pero tras 15 años en contacto con el Opus Dei –más de 14 como miembro- el sentimiento que me queda es el que dice Rocaberti en su frase: “donde uno es querido si sirve, pero si no se le tira a la basura, y a buscar otro”. Aparte de la frustración de descubrir que había estado en un camino espiritual que no era el mío. Me propusieron entrar en la Obra cuando ni tenía dicha idea, decidieron de qué entraba, no me explicaron a qué –sólo las normas-, ni que era vocación al Opus Dei ni a nada, cuando quise renunciar en el 2000 por estar quemado, me animaron a seguir y cuando vieron en el 2006 que no les valía, me sugirieron no renovar.
Así que la sensación es la de usarte mientras sirves, si tienes una temporada de problemas, te ayudamos. Si no puedes con ellos, te dejamos la puerta abierta y te empujamos caritativamente a la salida. Eso sí, como eres dócil y no has causado problemas y siempre has acudido a los medios de formación, etc... Puedes ser cooperador si lo deseas.
Pero no tengo resentimiento. Escrivá perdió la inocencia en Roma, yo perdí la inocencia en la Obra. Confié ingenuamente en quienes no debía confiar, ni para contarlo todo… cuando ellos no cuentan nada, y a veces afirman cosas (circunscripción eclesiástica, estructura jerárquica, vocación peculiar, vinculación jurisdiccional) que son falsas. Teorías que no están aceptadas por la Iglesia, y por tanto, falsas mientras la Iglesia no las establezca.
El escrito que les dirigí en diciembre, rescindiendo el contrato, fue también remitido a mi obispo. Así que la Iglesia Católica sabe y conoce que dimití de la Prelatura del Opus Dei a principios de diciembre de 2006 (diga lo que diga la Prelatura sobre la fecha real) con una fecha de finales de noviembre (la del día en que me dijeron que no siguiera)
Me fuí con conocimiento del Obispo de mi diócesis, y de su mano derecha. Había consultado previamente con ellos y me apoyaron en la salida, sin ver reparo moral a la decisión que tomara en conciencia. Incluso les consulté como debería salir de la institución y me explicaron que si había escrito una carta para solicitar la admisión debería bastar con otra, que fuera en términos correctos, pero comunicando la salida.
Debo decir que hace poco también me puse en contacto con un miembro de la Conferencia Episcopal española, al que expuse unas dudas, y también me apoyo que saliera, indicándome claramente que nadie me separaría nunca del amor de Jesucristo.
Así que Rocaberti, yo he experimentado que mi caso le interesaba y preocupaba tanto a mi obispo, como a su mano derecha con quien hablé por teléfono y que me invitó –si quería- a reunirme con el  propio obispo. Y también le preocupó al miembro de la Conferencia episcopal que en varios correos me informó de la realidad canónica de las prelaturas personales (me dió la razón en mi opinión contraria a la doctrina del catecismo) y me dijo que la postura de la Obra no era la oficial de la Iglesia sino sólo una corriente. Sólo puedo afirmar sin duda alguna que ¡a la jerarquía de la Iglesia le interesan realmente las almas y que esto lo sé por experiencia!
Daniel M.








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