Me he enterado de algunos datos en Argentina («bajas» se diría en terminología «interna» pero yo creo que más bien son «altas») y se podría decir que «se está yendo todo el mundo»…. Evidentemente no puedo dar nombres, pero desde ya mis felicitaciones para los que han tomado la feliz decisión de dejar «la barca» que -al decir de Satur- aunque los directores digan que ahora la Obra «bucea», en realidad se está hundiendo por su propio peso de irresponsabilidad.

¿Por qué felicitar? De la misma manera que uno se alegraba al conocer nuevos «pitajes» (pedidos de admisión a la Obra), porque supuestamente significaban un camino hacia una gran felicidad, ahora las «altas» hacia el mundo real hablan del engaño que fue todo aquello y de la liberación que supone haber zafado de esas amarras psicológicas y espirituales (de conciencia). Es para celebrar esta suerte de «salvación» frente al naufragio de una barca que nunca se dirigió hacia el puerto que prometía, y hoy se encuentra perdida en el océano de su propia soledad.

Entre seudo-reformas y aburguesamientos (cfr. Aquilina), la Obra no puede detener la salida de su personal. Que el último apague la luz…

Saludos,
E.B.E.