Sinceramente me cuesta mucho creer lo que escribes, si las fechas que das de tu paso por la obra son ciertas entonces tu y yo vivimos en dos Opus Dei distintos. Y eso es muy raro porque coincidimos en 10 años.
Y yo siempre vi tablas en las camas de las numerarias, puesto que me tocaba limpiar sus habitaciones. Y en las casas de retiro se tenían preparadas unas tablas para usar en el día de guardia durante el curso anual o para quien quisiera.
Cuando me tocó que se empezara a hablar del correo electrónico y alguna auxiliar intentaba usarlo casualmente a alguien del consejo local se le ofrecía estar en el mismo lugar donde estaba la computadora o se le antojaba sentarse a leer su libro detrás de la que escribía... Y ni qué decir de los innumerables avisos que empezaron a llegar para prevenirnos del PELIGRO al usar internet, y que si no se tenia necesidad por trabajo, era mejor no usarlo.
En el tiempo que yo estuve ninguna numeraria tenia su cuenta corriente, existía la cuenta del centro pero nada mas, cuenta que estaba a nombre de dos personas del consejo local, pero ni las agregadas que yo conocí podían tener semejante privilegio.
Y de las mortificaciones corporales ni qué hablar, porque a mi me parece que eso lo aplicaban como se les daba la gana, a mi me tocó desde la que casi quería ver como lo hacía hasta la que se molestaba si yo le llegaba a comentar algo del tema. Pero es que quien las entendía por Dios!!
No quiero poner en duda los motivos por los que tu viviste algo diferente, no se si estabas enferma o si viviste en un centro en los que tus directoras iban a la vanguardia en esos temas. Pero lo que si te pido es que no afirmes que en la obra las cosas han cambiado. Yo viví 10 de tus mismos años y puedo decirte que en los 5 centros en que viví lo que tu dices no pasaba.
Te sugiero que cuentes si, lo que tu viviste, pero no lo que crees que se vive a nivel mundial.
Mercy.
