Me alegro de que Pacífica tuviera esa suerte, pero no comparto que los cambios a los que aduce sean generalizados. Para las comparaciones: Yo salí a finales de 2005 (¿o fue 2004?).

- Los ultimos diez años ya no se abren las cartas, ni la gente las entrega a los directores. Cada uno tiene su correo electronico y se esta escribiendo con las personas que quiere, con amigos y amigas, sacerdotes...

Las mías sí las abrían. Hasta el final.

Lo del correo electrónico es anecdótico, porque por mucho que se empeñen los directores no pueden controlarlo. 

- En los ultimos diez años (he sido numeraria de mayo 1986 hasta enero 2007) no me tocó ni una vez dormir en una tabla (tengo 37 años). 

Eso no lo discuto. Soy chico.

- Todas las numerarias de mi centro tenían su propia cuenta corriente.    

En los tres últimos centros en que viví, la experiencia fue distinta.

En los dos primeros teníamos todos (o desde luego varios) la misma cuenta. En el segundo yo tenía la mía propia, pero el día uno de cada mes se quedaba vacía, porque le tenía que pasar el cheque con todo al secretario. Entre eso y no tener cuenta corriente, la diferencia es nula.

- En los ultimos cinco años no me preguntó nadie en la charla fraterna si utilizo el cilicio o las disciplinas, ni hablé yo del tema.

No fue mi caso.

Pero.