Un Opus Dei que no es el Opus Dei.- Iván.
Fecha Friday, 16 March 2007
Tema 070. Costumbres y Praxis


Estimada Pacífica:

Cuentas el último día en «Algunas Cosas Que Han Cambiado» que tu experiencia en la Obra es la de que «en los últimos diez años ya no se abren las cartas, ni la gente las entrega a los directores. Cada uno tiene su correo electrónico y se esta escribiendo con las personas que quiere, con amigos y amigas, sacerdotes…» y que «en los últimos diez años (he sido numeraria de mayo 1986 hasta enero 2007) no me tocó ni una vez dormir en una tabla (tengo 37 años)» y que «todas las numerarias de mi centro tenían su propia cuenta corriente» y que «en los últimos cinco años no me preguntó nadie en la charla fraterna si utilizo el cilicio o las disciplinas, ni hablé yo del tema».

Ese Opus Dei que citas no sólo es desconocido para mí y para la inmensa mayoría de los que te leen, sino también para el propio Opus Dei, ya que en lo que respecta a lo que escribí sobre la violación de la correspondencia a que tú haces referencia (lo mismo cabe aplicar para el resto de lo que cuentas, mas lo dejo para otra ocasión y no hacer así excesivamente larga mi respuesta) te repito las palabras textuales de las normativas oficiales de la Prelatura sobre este tema (que son de obligado cumplimiento):

“Los Directores, por su parte, tienen el derecho y el deber de evitar que lleguen a los miembros de la Obra escritos, cartas, etc., que, de algún modo, puedan causar daño a quienes las reciben, vengan de donde vengan. Por esto, entregar una carta abierta, o haberla leído antes, no constituye nunca una prueba de desconfianza: manifiesta sólo el deseo de evitar un perjuicio, una razón ascética o una medida práctica de ayuda en la labor de formación espiritual. […] “Quienes llevan poco tiempo en la Obra agradecen que los miembros del Consejo local se preocupen con cariño -es parte de la tarea de formación- de leer las cartas que reciban: para poder orientarles, y darles el oportuno consejo espiritual o apostólico.

“Estas mismas orientaciones se siguen con las cartas que envían los Numerarios y Agregados, fuera del ámbito de su tarea profesional: excepto las que escriban directamente al Padre, al Consiliario y al Delegado Regional, se entregan al Director abiertas.”. (Del capítulo titulado Correspondencia, de las “Glosas sobre la Obra de San Miguel”.)

Cuentas también que «tengo mi circulo y mi retiro mensual en el centro donde he vivido ocho años y me encanta encontrarme con todas las numerarias y supernumerarias y cada lunes me confieso en el centro. Disfruto de mi propio apartamento donde entran y salen muchas personas de casa [del Opus Dei] y muchas ex-numerarias. Me niego a hacer separaciones, pues todas, mis amigas de casa y mis amigas ya no de casa son parte de mi vida».

Esa confraternidad que viven los de la Prelatura con quienes habéis dejado el Opus Dei va en contra de lo que está mandado por la Obra, tal y como expongo en «Los Malditos Según El Opus Dei».

Visto lo anterior, sólo se puede entender que el Opus Dei que tú nos cuentas es una corrupción del genuino (pervertido por los de tu lugar), puesto que incumple los taxativos mandatos de la Institución.

Querida Pacífica, tu testimonio tiene muy poco valor a nivel general (aunque según tu experiencia sea cierto, cosa que no discuto) ya que lo invalidan los documentos oficiales de la Prelatura.

Iván.

 









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