Os saludo desde un lugar de Suiza donde por cuestiones de salud tuve que venirme a vivir hace 9 años. Fui numeraria durante 12 años. Años muy intensos en todos los sentidos en los que se resintió mi equilibro mental y se hundió mi salud física porque yo era una persona que todo lo somatizaba; la tensión acumulada por lo que tenía quevivir para ser fiel se transformaba en accesos de fiebre para los que nadie tenía explicación médica. Yo me digo que si me hubieran llevado a medicos que no hubieran tenido nada que ver con el opus,quizás alguno se hubiera dado cuenta de que la procesión iba por dentro. Pero también es injusto que los médicos a los que me llevaron, siendo ellos del opus, no pusieran por encima su profesionalidad o compromiso deontológico para encontrar el fondo del problema, porque ellos sí que podían saber de donde procedian mis accesos de fiebre sin ningún motivo orgánico. Estos "profesionales" del opus merecerían un capítulo aparte porque hubieran podido ayudar y supongo que ahora tambien podrán hacerlo, a muchas personas, hermanos suyos al fin al cabo pero vuelven la cara para atrás desentendièndose y lavándose las manos por no disgustar a sus directores.
A la fiebre se le unieron vómitos aunque apenas comía, asì que con perdón no sé què es lo que devolvía. Me dijeron que lo ofreciera porque Dios me estaba demostrando que me querìa especialmente y yo lo ofrecía pero si hubiera estado tranquila con lo que veía y vivía, quizá hubiera aceptado que mi enfermedad sin nombre me la mandaba Dios; lo que pasa es que el caos o el sinsentido de lo que tenía que vivir por ser numeraria no me daba casi ningún momento de paz ni de aceptación a la voluntad de Dios quese manifestaba, al parecer, por enviarme una enfermedad sin nombre. Cuando leo que a algunos les dijeron que se marcharan de la obra sin tener que pasar por lo que muchos otros pasamos, les tengo envidia porque yo no podía vivir aquello y mis directoras lo sabían pero me tuve que ir y tuve que insistir mucho para irme bajo mi responsabiliad de irme al infierno aunque yo supiera en mi interior que la obra era el problema; Dios no era el problema. Y no fue por la enfermedad sin nombre sino por la coherencia interna por lo que me fui. Me iba enferma pero me tenía que ir.
Siempre tuve interés por los estudios y no solo en el colegio y saqué muy buenas calificaciones; cuando fui a la universidad para estudiar Ciencias Económicas yo amaba la carrera y quería meterme de lleno y estudiar e investigar, pero de la amplia lista de libros que tenía que leer y estudiar como bibliografía a mis diferentes asignaturas, cuando la entregué a la subirectora de estudios (eso fue haciendo el centro de estudios), me dijo que no podía leer NI UNO! Me dieron algunos unos resùmenes donde alguien de la obra que los había leído hacía un juicio más o menos moral sobre el mismo pero eso a mí no me servía para nada porque yo no me tenía que examinar de moral ni si correspondía o no a la doctrina de la Iglesia, sino de materias y temas concretos en los que el profesor no te pedía tu opinión sino una exposición de los hechos, de las teorías, de las historia, de datos, resultados, pros y contras, etc. Còmo podía ser que teniendo que ser la mejor en lo que hacía (eso me decían en el opus) tenía que aceptar que no contaba con medios para poder serlo?? (lo que te dicen con la realidad es cierto que no tiene nada que ver).
Bueno, sería muy largo de contar y ya sé que vosotros también habeis pasado por situaciones como la mía. No fue sólo lo de los estudios, fueron también todas las cosas que tienes que digerir pero que no puedes digerir y que el caos en algunos, por nuestra forma de ser, se apodera del cuerpo, de la cabeza, y del alma.
Quizá otro día pueda contar lo que viví con más detalle. Ahora os cuento que me fui a Suiza porque el clima podía ser bueno para la situación física por la que atravesaba (eso fue a los dos meses de irme de la obra y porque tenía una hermana que vivía allí y yo necesitaba cambiar y no sé si huir). Al primer mes siguiente me curé y ni fiebres ni vómitos volvieron a aparecer. No sé si fue debido al clima suizo pero creo que no y vosotros sabeis que tampoco fue por el clima. Conocí al que hoy es mi marido y sigo viviendo aqui. Tengo dos hijos, soy lo feliz que pueda ser cualquier persona fuera del opus es decir, como una persona normal con los pros y las contras de la vida, pero allí no fui nunca feliz por lo que me extraña que el fundador pudiera amenazar diciendo que no habia conocido a ningun hijo suyo que se hubiera ido y que fuera feliz, porque luego decía que volvían arrepentidos llorando con lágrimas como puños. Hace falta estar mal de la cabeza (como estuve a punto de terminar yo si no me hubiera ido) o ser mala persona para decir cosas como las que decía el santo Escrivá; que Dios le perdone por el daño que hizo y siguen haciendo otros en su nombre.
Os deseo todo lo mejor para todos y me siento muy unida y cercana a cuantos escribís en la website. Os abrazo de todo corazón y mucho ánimo porque de todo se sale adelante pero ojalá no haya más adolescentes en nuestras mismas circusntancias, por eso hago un llamamiento a los padres para que quieran de verdad a sus hijos y no pongan a la obra por encima de ellos. Tantos padres y madres supernumerarios que en su tiempo no quisieron ser numerarios ni agregados y que lo que no quisieron para ellos lo quieren para sus hijos al llevarlos a colegios, clubs, retiros, convivencias, etc. Qué mundo de locos y qué padres!
Un abrazo entrañable desde estas maravillosas montañas suizas, aunque vamos a España con frecuencia y tambien la llevo muy dentro de mi corazón,
Carine
