Obstaculizar la carrera profesional.- Otaluto
Fecha Thursday, 19 February 2004
Tema 060. Libertad, coacción, control


Quiero agregar algo a lo escrito por Maquina Reparadora sobre libertad profesional. Siempre me pareció curioso el modo en que la obra actua, no solo influyendo positivamente en las decisiones de carrera, sino haciendo lo posible para evitar el exito profesional de sus miembros.

Las experiencias personales pueden ser diversas, pero todos coincidirán en que triunfar profesionalmente, cuando no se cuenta con recursos extraordinarios en términos de dinero o contactos familiares, es una tarea ardua. El mismo paso por la universidad requiere unidad de propósito, disciplina y sobre todo mucha concentración. Y luego, aun la solvencia profesional es condición necesaria pero no suficiente.

Es de vital importancia cumplir con ciertas etapas en las edades adecuadas, y cultivar un circulo de relaciones que nos enriquecen y son fuente de oportunidades. Un profesional debe tener la cabeza clara y ahorros que le permiten tomar ciertos riesgos, con el afán de progresar. Y por ultimo hace falta mucha, pero mucha suerte, que es en cierto modo estar en el lugar correcto en el momento oportuno, y para eso hace falta libertad de movimiento. Asi descripto y generalizando, la condición de numerario no favorece el desarrollo profesional, y hasta casi puede decirse que es incompatible con el mismo. El problema es que uno llega a la obra atraido por una idea muy distinta, y esto en sí mismo constituye uno de los grandes fraudes de la obra.

Pero esto no es todo. A los obstaculos que presenta la condicion de numerario se une el esfuerzo positivo, metódico y premeditado de los directores por desbaratar cualquier posibilidad de éxito. En mi pais había, y creo que todavía hay, un solo Centro de Estudios. Con lo cual, la mayoría de los numerarios cambiaban de universidad para venir a la gran ciudad, estudiaban dos años, y luego eran redistribuidos por todo el país, con especial cuidado de no enviarlos a su lugar de orígen. Pasar por tres universidades para estudiar una carrera, haciendo eso compatible con las exigencias de tiempo de la vocación y con encargos internos, se imaginan que los retrasos eran enormes, de años, y el resultado en la mayoría de los casos desastroso.

La carrera profesional de los numerarios era una ficción, y si alguno, por excepción, levantaba cabeza los directores se las ingeniaban para cambiarlo de ciudad o le daban un trabajo interno. En fin, deprimente, injusto y cruél. Y los directores, esa banda de burocratas, amparados en las comodidades de la institución, que nunca pisaron la calle, ni estuvieron en una cola de empleos... en fin, prefiero dejar acá.

Paz a todos.

Otaluto.









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