Estimados Orejas,

 

hay ciertas cosas que se dicen por aquí que para John Allen van de maravilla, porque cuando se puso a escribir su libro no tenía ni idea del tema, y si tenía alguna ya se encargó el Opus de quitársela. Pero para Ana Azanza que por salir de la Cosa como salió las ha visto de todos los colores del arco iris, incluyendo infrarrojo y ultravioleta,  no van a pasar. Además de que tampoco van a pasar para muchos de los "oyentes" que como se demuestra en el contador de la página son bastantes más que los "hablantes".

 

Cuando una persona deja el opus hay un peaje que pagar, al nivel que sea, familiar, social, laboral. Y si el opus necesita tocar todas las teclas para hacer la vida imposible e indeseable, no dejará de tocar una por lástima, les va en ello su supervivencia. El peaje puede ser muy simple, "cállate y no habrá problemas." Porque si hablas entonces también nosotros hablaremos de tí, si tienes algo en lo que te hemos pringado lo sacaremos a relucir, y si no lo tienes, lo mismo da porque ya nos encargaremos de hacer creer lo que no es.

 

Así que el Opus es como el chapapote, que se hizo muy famoso en España con motivo del vertido del petrolero Prestige en las costas de Galicia. El chapapote era una pringue que llenaba las playas y que costó meses eliminar. Pringan todo lo que te rodea, por si acaso alguien tienes dudas: no hay mirlos blancos que hayan salido del opus de rositas, "hale a hacer tu vida en libertad". Ni muchísimo menos. Al que no lo vuelven loco, al otro le quitan su trabajo y al de más allá como también ha salido en esta página le hacen imposible volver con su familia.

 

Sólo quiero añadir que si yo, teniendo un trabajo que en ningún modo es una aspiración deseable para una numeraria, me refiero a un instituto en un pueblo de una de las últimas provincias de España en nivel económico, que no en humano, fui absoluta e indiscutiblemente masacrada, ¿qué no harán para retener en el modo que sea a aquellas personas que sí han alcanzado un puesto de "nivel" como es una plaza universitaria?

 

Desde 2002 en que me fui hasta hoy tengo derecho a ¡carabina! En efecto el opus envió a mi centro a la única profesora numeraria de religión de la provincia. ¡Qué casualidad! de los 100 institutos que puede haber en la provincia tuvo que llegar al mío, ¿a enseñar religión? ya, y un cuerno, a su dedicación institucional: traer y llevar lo que hago, lo que no hago y lo que dejo de decir. No pueden perderme de vista, no sé si tomármelo como un honor o como un premio. Lo que me convence aún más de lo que les importa mi persona. Esta gente me sube la autoestima con la atención específica que me conceden. Y me da risa porque verdaderamente frente a las cosas gordas de las que yo me he enterado a mi salida, lo que yo viví y escribí en mi biografía es para niños de primera comunión.

 

Así que como aquella frase de la biblia que creo venía en el Via Crucis, "si en el árbol verde se hace esto, ¿en el seco que se hará?" Al opus le viene fenomenal que nos dediquemos a lamernos las heridas y a hablar en abstracto. Pero mi vida es muy real y muy concreta, y como yo tuve un nombre para ser calumniada, los demás también lo tienen para que de una vez se saque al opus de esas sombras e indefiniciones en las que les encanta moverse.

 

Ana Azanza