Querida Agustina:

Siento muchísimo haberte dado un mal trago por mi carta del pasado 23 de febrero y espero que me perdones ( “pido perdon y penitencia……..”). Y tienes razón, no me tomo a mal que me digas lo que me has dicho en tu nota de la web.

Ahora voy a exponer mi parte de disculpa: Yo pienso que es bueno que se diluciden en la web las divergencias, aunque parezcan tontas, porque es la gran diferencia que tenemos con la Cosa. En la Cosa todos se llevan muy bien y no hay problemas. Nosotros no, a Dios gracias, ni pensamos lo mismo ni tenemos por qué ser amigos.

Leí el libro de Ana Azanza hace dos años. Recuerdo que  me costó lo mío encontrarlo. Lo leí y me impresionaron muchas cosas de ese libro. A lo que voy: estoy por asegurar que no le importa lo que digo, es más, que le resbala porque se las ha tenido que ver con personas y situaciones mucho más difíciles que ésta de la que hablamos: ha tenido que vivir y salir del Opus, los problemas en el Instituto donde trabaja, con su propia familia, con la Sociedad Española de Filosofía (o como se llame), etc. Así que esto para ella es un juego de niños.

Agustina: tampoco pensé que a Carmen Charo le pudiera molestar, porque como dijo en un escrito “presupone la buena fe en los demás”. Además en esta página se dirimió su presunta apostasía, cosa muchísimo más importante que de lo que yo hablaba el otro día.

Resumiendo: que yo quería mandarle un abrazo a Jacinto y a Isabel y lo lié un poco. Ahora también quiero mandarte otro fuerte para ti, Agustina.

Un beso

Inés Lorenzo

Nota de Agustina.- Querida Inés, fuiste el hombro donde recliné la cabeza el viernes, gracias por tu paciencia. Afortunadamente, creo que el tema ya está zanjado y que de ahora en adelante, no hay por qué volver a él. A mí me ha servido para poner más atención en que no se publiquen correos que se deberían haber enviado en privado a la persona mencionada. Besos, Agustina.