Mi pitaje según la pauta de Otaluto.- Spiderman
Fecha Monday, 26 February 2007
Tema 050. Proselitismo, vocación


Felicito a Otaluto por su escrito describiendo su vocación. Es fascinante. Especialmente me conmovieron las respuestas, concisas y brillantes, a su ¿por qué pité?. Las suscribo una por una. Estuve tentado de enviárlas por email a mis "amigos" que me quedan en la Obra y a los que se fueron y todavía se piensan que "su caso es una excepción". Pero la experiencia me ha demostrado que no sirve de nada.

Mientras leía hice mi reflexión personal sobre mi propio ¿por qué pité? Utilizo la "plantilla" ("pauta" o "guión") de Otaluto para responderme.

"Pité porque permití que alguien torciera mi camino de acuerdo a sus preferencias, y al aceptar esto me hice dependiente de su juicio y necesitado de su aprobación."

 

En mi caso, como en el de tantos, fue la figura del preceptor... El preceptor merecería un estudio aparte. Casi todos los preceptores en el Opus Dei, especialmente los numerarios, entienden la tutoría como la adecuación del pupilo a su idea preconcebida de lo que debe ser éste. Compartir, acompañar, ayudar a descubrir, motivar a asumir nuevos retos son verbos que se substituyen por dirigir, arrastrar, hacer propaganda y proteger de los peligros del mundo.

 

"Pité porque creí la mentira de que era poseedor de un destino especial, no entendiendo que el destino de cada hombre es especial."

 

Es el doble juego que permiten puntos de camino como el famoso "de que tú y yo nos portemos como Dios quiere dependen, no lo olvides, muchas cosas grandes".

 

"Pité porque me sedujo la idolatría del éxito, la seguridad de los números, el respaldo de una institución, en lugar de asumir el riesgo de la libertad, que implica siempre la posibilidad de equivocarse y fracasar."

 

En la obra corporativa en la que estudié era el más brillante de todos, el delegado... ser de la Obra era para mí como asegurar que toda mi vida sería así. Que sólo tenía que seguir lo estipulado para que la sombra del fracaso y de la frustración a la que tenía pánico, se alejara para siempre. 

 

"Pité porque era ambicioso, y concebía  la santidad como un objetivo, el más grande que pueda alcanzarse."

 

En la Obra hay directores que se atreven a hablar de la "primacía de la gracia" en el proceso de santidad personal, citando textos del carismático Juan Pablo II pero sin captar nunca el espíritu de los mismos. En la Obra he encontrado muy pocos que crean realmente que la santidad es primordialmente una gracia de Dios, un don y no un logro personal.

 

"Pité porque me daba miedo volver a entregar mi corazón a una persona humana que pudiera fallarme."

 

El miedo vuelve a aparecer en este motivo. Miedo a que te digan que no otra vez. A volverte a enamorar y a sufrir para nada. A experimentar el rechazo. Cuando yo pité sabía (y eso me entristecía) que nunca podría "ganar" a una chica, pero ltenía a cambio la compensación de que tampoco nunca la "perdería". Es la típica mentalidad win&win: como cuando apuestas contra tu equipo favorito. Si pierde tu equipo, al menos te llevas el dinero. Renuncias al amor humano pero a cambio tienes la seguridad de que obtienes algo que nunca podrás perder.

  

"Pité porque necesitaba un refugio, porque era impaciente, porque estaba cansado, porque quería "

tener un camino definido en la vida, porque era idealista, porque no tenía un padre con el que hablar."

 

En mi caso, por estar mis padres divorciados y por el talante de mi padre, tampoco tuve un padre con el que hablar. Era idealista hasta el extremo. De hecho, antes de entrar en el colegio de la Obra y de convertirme a los 15 años, ya había tenido tiempo de ser un férreo defensor de mis anteriores ideales: la eutanasia, el aborto, los métodos anticonceptivos y la sexualidad libre. Pensara lo que pensara, mi objetivo siempre era convencer a los demás. Por eso entendí rápidamente el funcionamiento apostólico de mi nuevo hogar, el Opus Dei. Un hogar en el que no cabía la posibilidad (aparentemente) de volver a pasar por un trauma como el del divorcio de mis padres.

 

"Y pité, finalmente,  porque dadas las circunstancias no se me ocurrió ninguna idea mejor."

 

Francamente, a mí tampoco se me ocurría nada mejor que hacer con mi vida. Siempre he sido impaciente. Quería respuestas, seguridad y resultados y los quería ya. El Opus Dei me los ofrecía así que no se me ocurría nada mejor en lo que invertir mi vida.

Pax Christi,

Spiderman









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