¿Porqué no se acaba el Opus? Para Pilar.- José Antonio
Fecha Thursday, 19 February 2004
Tema 050. Proselitismo, vocación


¿Porqué no se acaba el Opus?

Querida Pilar:

Aunque yo sólo estuve 3 años -y no los "tantísimos" que tú mencionas-, voy a intentar darte las contestaciones que pedías en tu correo de ayer (18-2):

1.- Dices que cuando nos vamos hablamos "pestes" del opus. Esto habría que matizarlo y entenderlo en sus justos términos. En realidad lo que hacemos es contar las malas experiencias que tuvimos la desgracia de vivir cuando pertenecíamos al opus.

Y no las contamos por hacer daño al opus, sino para ayudar a otras personas a que no caigan donde nosotros caímos, o a que se levanten si ya cayeron. Si yo hubiera podido leer ésta página web, ten por seguro que me habría mantenido tan lejos del opus que les habría sido imposible engañarme.

A la gran mayoría de nosotros nos engañaron, pero, Pilar, no nos subestimes, no nos engañaron de una manera burda o grosera, apreciable por cualquier persona de nuestra corta edad; el engaño fue muy fino, muy elaborado intelectualmente, muy disimulado bajo una apariencia de veracidad, y utilizando -como amparo argumental y parapeto de posibles objeciones críticas-, la fe católica y el servicio a Dios y a la Iglesia.

Nosotros, que éramos creyentes (muchos seguimos siéndolo, a pesar de haber pasado por el Opus), estábamos indefensos y desprevenidos frente a un ataque de esa naturaleza. ¿Por qué?. Porque teníamos fe, creíamos en Dios y en la Iglesia, y confiábamos en los sacerdotes. ¿Por qué íbamos a dudar de una institución de la Iglesia?. ¿Por qué íbamos a pensar que esa institución nos tenía preparado un montaje para captarnos?. ¿Porqué íbamos a pensar que esa institución, que nos hablaba de Dios y de la Iglesia, nos engañaría?. ¿Por qué íbamos a pensar que el sacerdote a cuya meditación asistíamos no tenía vocación de sacerdote? ¿Porqué íbamos a pensar que ese sacerdote era cómplice de los directores del centro en el acoso de nuestra alma? Todo eso era impensable para nosotros. Pero, como dice E.B.E. en su libro sobre "las redes de la barca del opus dei", lo impensable resultó ser cierto.

¿Y por qué permanecimos años en el Opus antes de irnos? Pues porque se necesitan años para darse cuenta de la realidad. Las redes del Opus están tan bien tejidas que se necesitan años para ser conscientes del inmenso engaño en el que uno está atrapado. No olvides que en el engaño se ha implicado al mismísimo Dios y una supuesta llamada divina (vocación) que los directores nos habían comunicado en nombre de Dios. Y uno, que de natural es bienpensante, se resiste a admitir que le hayan engañado en nombre de Dios, mayormente por aquello del "no tomarás el nombre de Dios en vano". Pero al final, con el paso de los años, se impone la realidad, y entonces se da cuenta de "la trampa de la vocación" (te remito al escrito que lleva ese título, en la página principal).

2.- La gran mayoría fuimos captados siendo menores de edad -entre los 14 y los 17 años- cuando aún no teníamos "personalidad" (estás en lo cierto), ni madurez, ni suficiente experiencia de la vida. De haberlos tenido habríamos podido defendernos de los métodos de captación y adoctrinamiento del Opus.

Eso explica que pudieran "comernos el coco" (como tú dices), pues no teníamos "juicio crítico" que nos permitiera discernir entre "lo auténtico" (el espíritu del evangelio) y el "el auténtico montaje" que el opus desplegó para captarnos.

Te explico lo del montaje:

* No sé si sabes que el opus tiene guías (o guiones) de captación y adoctrinamiento perfectamente elaborados, en los que se indica desde el tipo de personas que hay que captar hasta los modos de abordarlas, y los argumentos que deben utilizarse. Incluso los recursos oratorios o las referencias literarias a utilizar. En éste sentido te puedo decir que, unos diez años después de irme yo del opus, publicó María del Carmen Tapia su libro -Tras el Umbral- y cuenta, en su crisis vocacional, que le plantearon los mismos recursos literarios que yo le escuché al sacerdote de mi centro muchos años después (yo soy bastante más joven). Lógicamente, cuando yo tenía 17 años ignoraba la realidad del Opus y escuché la meditación del sacerdote con admiración hacia su persona, su sensibilidad y su erudición, sin sospechar que -en realidad- ese sacerdote estaba recitando un guión preestablecido con la finalidad de ocasionar crisis vocacionales. Menudo montaje.

* No sé si sabes que en los centros del opus se diseñan periódicamente planes específicos de captación, orquestados en reuniones secretas de los directores del centro, con la complicidad de sacerdotes sin vocación que se ordenaron por indicación de los que mandaban.

* No sé si sabes que las meditaciones y los círculos pretendidamente formativos para gente de fuera, están dirigidos realmente a la captación de personal, con complicidades inconfesables que hacen que el que habla conozca intimidades del que escucha, sin que éste lo sepa ni lo sospeche.


En éste contexto creo que cabe admitir que fuimos como "borreguitos" (según dices), o más bien "como ovejas en medio de lobos", según expresión evangélica. Y esos lobos vestían piel de cordero (algunos, desgraciadamente, encima de la sotana), pues se amparaban en nuestra fe, en nuestro Dios, en nuestra Iglesia, en nuestra buena fe y en nuestra generosidad, para entrar a saco en nuestra alma con métodos propios de una secta.

3.- No te quepa duda que es cierto todo lo que contamos. Podrá haber algún matiz que añadir o que quitar en algún caso, pero la coincidencia sustancial de casi todos los testimonios no deja lugar a dudas.

Por último voy a intentar responder a tu última pregunta: ¿Por qué no se acaba el opus, si es un engaño?

Quizás habría que señalar que el opus no es un engaño, sino que practica el engaño (la ocultación, el secreto, la falta de transparencia, etc.)...

Y, centrándonos en la pregunta: ¿por qué no se acaba el opus?. A mí la respuesta me parece muy sencilla: Porque Dios normalmente no interviene en los asuntos de los hombres.

Por esa misma razón tampoco se acaba el hambre en el mundo, ni las guerras, ni la enfermedad, ni el dolor, ni la muerte, ni los asesinos en serie, ni las madres que abandonan a sus hijos recién nacidos. ¿Es eso una señal de que son cosas buenas?. Evidentemente no.

Recibe un abrazo, y no permitas que te engañen a ti.

José Antonio.







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