Sobre el testimonio de Otaluto: '¿Por qué pité?'.- E.B.E.
Fecha Monday, 19 February 2007
Tema 060. Libertad, coacción, control


Me gustó mucho el artículo de Otaluto. Mezcla lo testimonial con el análisis profundo.

Sumamente aguda es la observación que hace en uno de los primeros párrafos: «ya que la coacción no es algo necesariamente mal visto en la obra, puesto que se asume que nadie quiera pitar espontáneamente». Es asombroso y da para meditar una y otra vez.

Señala un tema que, me parece, no se ha tocado mucho y es el uso de la seducción en la Obra. Es un recurso que no resulta chocante como la coacción directa y pienso que es utilizado con mucha más frecuencia que la presión psicológica. El engaño de la Obra se entiende a partir de esa gran seducción inicial, que es una forma de coacción, porque tiene connotaciones de acoso moral y psicológico.

«En un punto llegó a decirme que no me preocupara por lo económico, que era un tema que se resolvería en su momento, y que si alguna vez tenía problemas él mismo se hacia responsable». Otro tema: ceder la responsabilidad en los directores o la Obra, con la misma lógica de un conocido experimento:

«Stanley Milgram, un psicólogo social norteamericano, estudió, entre 1950 y 1963, el fenómeno del sometimiento a la autoridad. Su método era el siguiente: «Una persona acude a un laboratorio de psicología en donde se le ruega que ejecute una serie de acciones que van a entrar progresivamente en conflicto con su conciencia. La cuestión estriba en saber hasta qué punto preciso seguirá las instrucciones del experimentador antes de negarse a ejecutar unas acciones determinadas». En su conclusión, establece que «personas normales, carentes de toda hostilidad, pueden convertirse, cuando trabajan, en agentes de un proceso atroz de destrucción». Christophe Dejours, que habla de la trivialización social del mal, ratifica esta observación. Efectivamente, hay individuos que necesitan una autoridad superior para alcanzar un cierto equilibrio. Los perversos utilizan esta docilidad en su propio beneficio, y la usan también para hacer sufrir a los demás.» (El acoso moral, pág. M.F. Hirigoyen, ed. Paidós, 1999).

El acoso moral explica muchas cosas de la Obra y se manifiesta como coacción directa o como seducción.

Saludos,
E.B.E.









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