Parece que sí coincidimos. Para Books.- Exnume
Fecha Wednesday, 14 February 2007
Tema 070. Costumbres y Praxis


Apreciada Books
 
 
Primero darte las gracias por contestar a mi escrito, lo cual quiere decir que primero te lo habrás leído, es decir, le habrás dedicado tiempo, poco o mucho. En justa correspondencia, y para tratar de contestarte con la mejor de mis redacciones, te digo que yo he leído el tuyo, no una, si no varias veces. Acabo de leerlo por tercera vez y he ido apuntando en un papel en sucio las ideas. Ideas que voy a tratar de plasmar en este correo que te envío a ti y a toda la web.
 
Decirte que no me asusto de tu velada identidad. Lo entiendo perfectamente. No sé si me cuentas dentro de ese grupo de estupendos exnumerarios del que hablas. Creo que no nos conocemos, por eso no me has incluido ;-)) En fin, fuera bromas, coincidimos en bastantes puntos y te explicaré algunas anécdotas que, al fin y al cabo, pueden ilustrar más, que un largo y tedioso discurso, a la par que hacen más ágil y llevadera la lectura de los correos.
 
Es cierto que en los centros de hombres se vive todo con mayor distensión. Creo que sí y, en parte, porque los hombres somos más simples que el mecanismo de un chupete. Con esto no quiero que se me enfaden mis compis exnumerarios que me lean ni que se me cabreen las ex pensando que si nosotros somos simples, ellas son complicadas. Creo que la simplicidad –a veces grande- se lleva en las hormonas. En fin, no sigo por aquí no sea que me líe más que la pata de un romano y luego no pueda salir si no es lleno de collejas.
 
De todos modos, y como tú apuntas, todo depende a veces de la gente con la que te toca vivir. Pienso que eso es parte de la cruz que deben llevar los y las numes. Yo he elegido con quién vivir ahora, cosa que antes no. Que te vas a tal centro, y allá que te vas con tus maletas. Es parte de su vocación, y una parte –lo reconozco por propia experiencia personal- muy difícil de vivir. En este sentido recuerdo que en un centro en el que duré dos años, debía trasladarme en coche diariamente a otra ciudad para trabajar. Yo usaba la radio del coche hasta que un día, el secre de la me dijo:
 
Él: “¿Tu coche tiene radio?”
Exnume: Sí
Él: ¿es extraíble?
Exnume: “Sí, ¿porqué?
Él: “Porque aquí las solemos dejar en el armario de dirección”.
Exnume: “Ah” contesté.
 
Después de esta conversación me dije a mí mismo: “Dejaré la radio en dirección cuando me pase por las… narices y no cuando me lo diga él”.
 
Así que dejé pasar los días y al cabo de cinco –podían haber sido más- pasé por dirección y dejé la maldita radio en el armario.
 
Al cabo de unos meses, le pedí al director la radio, pues ya estaba más que harto de ir cada día solo al trabajo, sin radio y con una tartana. La cosa fue más o menos así:
 
Exnume: “¿Podría utilizar la radio? Voy cada día solo al trabajo y me serviría para desconectar y descansar un poco”.
Dire: “¿qué es, para escuchar alguna emisora o para ponerte música?”
 
No lé dí un par de leches porque uno es de buena familia y educado. ¿¿¿¡¡¡Pero qué más le daba!!!??? Puestos a apegarme a algo, podría hacerlo a una cinta del Bruce o al programa matutino de cualquier emisora. Y si me hubiera tratado como una persona madura, se hubiera dado cuenta que podía irme –y no lo hacía- a una discoteca cuando me diera la gana.
 
Al final me dio la radio y punto y pelota. Y cuando quería la ponía y cuando no quería no y cuando me apetecía me rezaba un rosario mientras conducía.
 
Y ahora me preguntarás: “Pero vamos a ver, Exnume, ¿adónde carajo quieres llegar?” Pienso que en la Obra hay gente “pa tó”. Los hay santos de altar, con una vida interior que tira de espaldas, los hay listos, los hay menos listos, los hay trabajadores, los hay que no se enteran, los hay chulines, los hay bobalicones, en fin, de todo, como de todo hay en nuestra sociedad de hoy. Sin embargo, hay un tipo de gente que son los que me sacan de mis casillas. Y son los que confunden el espíritu de la Obra con los criterios.
 
Hacen un reduccionismo y parece que aquel que cumple los criterios, tiene buen espíritu y está “en buen plan” (expresión que me pone de los nervios, dicho sea de paso). Sin embargo, aquel que no cumple algún criterio, está como… no sé decirlo… ¿en mal plan? (expresión que, huelga decirlo, también me pone de los nervios). Esto les pasa mucho a la gente jovencita que, en saliendo del centro de estudios, les ponen en un consejo local y tratan a todos por igual. Pasan por el mismo rasero al tío que lleva currando en la Prelatura 10 o más años y con la Fidelidad hecha y al adscrito lerdo que no se entera de la Misa la mitad y que aún está con biberones. Son gente que… ¿se les sube el cargo a la cabeza? ¿Piensan que están allí por méritos propios? No sé, porque nunca lo pregunté, pero son éstos los que hacen daño a la Obra.
 
Este mismo que me pidió la radio es el que un día viendo el telediario, en el intermedio, salió el típico anuncio de un perfume femenino y, por consiguiente, la cara -¡¡y he dicho la cara”!!- de una bella señorita. No se lo pensó dos veces y tiró un cojín de la sala de estar a la televisión. El cura de la casa –un tío cojonudo- le dijo con cariño: “Pero tío, cálmate un poco”. Este es el típico que tira un cojín a la tele en lugar de hacer una acción de gracias a Dios por haber mujeres guapas en el mundo. Porque ¿lo habéis pensado alguna vez? ¿Qué sería de este mundo si todas las mujeres fueran feas? Esto me lo dijo de adolescente un curita agregado.
 
Y para acabar y no penséis que en la Obra todos son como el tío del cojín, conozco a otro cura numerario que me contó que un día en su casa viendo una película, cuando los protagonistas se daban un beso de tornillo, uno trató de pasar la escena. Él alzó la voz y le dijo: “Si te molesta te levantas y te vas. A mi no me molesta. Déjame ver como se morrean”.
 
Sobre otros puntos en los que coincidimos te diré que sí: que no me gustan los huevos pasados por agua; que me encantan los huevos fritos y que si son con chorizo y un trago de vino, pues mejor que mejor, y que yo también mojo pan en el “unto” como dicen en Aragón.
 
Sobre lo que tengo gran corazón, no eres la primera que me lo dice. Ahora, que sepas que si me tocan la fibra me cojo unos cabreos que mejor no estar cerca de mi.
 
¿Más joven que tú? Quizás, pero el menda ya marca con el 4 y uno más.
 
Un abrazo sincero
Exnume








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