Mitomanía: un término psiquiátrico interesante.- Terpsícore
Fecha Wednesday, 07 February 2007
Tema 105. Psiquiatría: problemas y praxis


Queridas orejas,

 

Aprovechando los numerosos comentarios acerca de los psiquiatras que van llegando estos días, me pareció oportuno pasaros esta reseña del Periódico de Cataluña. No tiene nada que ver con el Opus Dei directamente. Pero me resultó muy interesante cuando la leí porque inevitablemente me lleva a concluir, salvando las lógicas distancias de las dos historias, que los psiquiatras que hablan en el artículo “clavan” el diagnóstico de otro “personaje” que todos conocemos y que sí tiene que ver, directísimamente, con el motivo de la web. El diagnóstico tiene un nombre técnico, “mitomanía”, de características muy interesantes.

 

Antecedentes del artículo: hace poco más de un año, saltó a la prensa el escandaloso caso Enric Marco, presidente de la asociación de expresos de campos de concentración nazis de Cataluña. Pocos días antes de que saltara la noticia del engaño, Enric Marco apareció en una entrevista de televisión para explicar, una vez más, sus dolorosas experiencias en un campo de concentración nazi. De hecho, Enric Marco se convirtió en cierto modo en la referencia de los españoles que tuvieron la desgracia de sufrir la horrible experiencia de los campos de concentración. Hasta el punto de que Marco llegó a la presidencia de algunas organizaciones españolas de ex reclusos de campos de internamiento nazi. Poco después de la entrevista en televisión, en la que Marco no ahorro detalles escabrosos de la vida y la muerte en el campo de exterminio, saltó a la luz una investigación que demostraba que Marco nunca había estado en ninguno de esos campos. A los pocos días, y ante la evidencia irrefutable de las pruebas del fraude, Marco se derrumbó y confesó que todo había sido una impostura, una impostura que el pobre hombre logró mantener durante décadas. Y lo peor es que, según él, lo hizo de buena fe, , casi sin consciencia de haber mentido, pues veía que su “testimonio” –aunque fuera falso- ayudaba a otras personas.

 

En el Periódico de Cataluña entrevistaron  a varios psiquiatras para que explicaran a los lectores cómo, científicamente, puede explicarse el sostenimiento de una gran mentira durante tanto tiempo. Os paso las conclusiones del artículo.

 

Terpsícore

 

Atrapado en su mentira

El Periódico, 12 de Mayo de 2005

 

 

• Los psiquiatras definen a Enric Marco como un mitómano narcisista que acabó creyendo ser su personaje. Descartan que engañara a conciencia.

 

    

ÀNGELS GALLARDO

BARCELONA

 

Con un trastorno de personalidad como el que los psiquiatras consultados atribuyen a Enric Marco se puede llegar al final de la vida sin necesitar confesar la impostura y con una escasa consciencia de haber mentido. Lo definen como un posible mitómano afectado por un trastorno propio de las personalidades narcisistas. Alguien necesitado de inventar un personaje admirable o heroico, que aunque edifica su realidad cotidiana sobre una creciente invención, no se puede definir de simple mentiroso ya que vive creyendo lo que dice.

 

"Un mentiroso engaña conscientemente; un mitómano se comporta de forma coherente con el personaje que recrea a diario, y se lo acaba creyendo", afirma Lluís Borràs Roca, psiquiatra forense. "El narcisista --añade-- siempre inventa un personaje importante, un presidente de algo, un héroe con varias carreras, alguien destacado. Lo que lo justifica es la necesidad de ser admirado".

 

Nunca pierden la noción de realidad, como le sucedería a un enfermo de psicosis esquizofrénica, añade Borràs. "Su conducta siempre es creíble y comprensible, sin delirios ni alucinaciones --explica--. La figura inventada ofrece datos y detalles en abundancia, ya que se lo estudian y documentan. Siempre se dejan muy bien a sí mismos. Ésa es su característica".

 

Tan bien se dejan a sí mismos que no es extraño encontrarlos en un juzgado por su implicación en alguna estafa. "El mitómano narcisista se atribuye un tren de vida tan alto que resulta imposible de mantener --dice Borràs, que durante 17 años fue psiquiatra en la Clínica Forense de Barcelona --. Suelen ir a hoteles de cinco estrellas, conducen Mercedes... Son fanfarrones. No es raro que se conviertan en estafadores". Y cita el caso de Luis Roldán, el exdirector de la Guardia Civil que se inventó varios títulos universitarios.

 

Hubiera sido muy difícil identificar la impostura de Marco de no haberse investigado su historia, apunta Antoni Bulbena, jefe de Psiquiatría en el Hospital del Mar. "Nunca lo habría confesado", supone.

 

En su opinión, este hombre sufre una disociación de la personalidad, es decir, ha llevado una doble vida perfectamente convencido de que el personaje que diseñó en su biografía de 1978 --un deportado en un campo de concentración alemán-- reflejaba su propia experiencia. "Salvo al inicio, no creo que haya engañado deliberadamente", afirma Bulbena. "Esas creaciones de una personalidad novelesca atrapan al autor, que se hace adicto y se instala en él, enriqueciéndolo", afirma.

 

Un símbolo familiar

 

Esa inmensa fantasía no ha podido ser casual o gratuita, interviene la psiquiatra Alicia Roig, adscrita a los centros de salud mental de la Generalitat. "Un mitómano patológico suele actuar a partir de la fijación de un hecho histórico familiar. Es posible --asegura-- que el nazismo simbolice algo importante en la vida de este hombre".

 

En el fondo, añade Borràs, es probable que Marco fuera una persona con un gran complejo de inferioridad, a la que ahora le espera lo peor para su perfil: "Puede inventar nuevas mentiras para justificar su acción --apunta--. Pero, si pasa de héroe a villano, si deja de ser admirado, que es su ambición, lo pasará muy mal. Se deprimirá".









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