Orejas:
Espero que todos estén muy bien. Me encantó lo de Tomas de Castañeda, pidiendo perdón, por él, por la Opus y por la Patria. Nada mal.
Tomás, y esto no lo digo a broma, creo que lo haces con la mejor intención, lo acepto y lo agradezco. Yo he pedido perdón, una vez que me fui de la Opus a numerarios a los cuales había introducido en la Opus. Lo hacía de afuera, sabiendo lo mal que había hecho y sabiendo que algún día ellos me lo reclamarían (cosa que ya ha sucedido). Tú estás adentro, pero si reconoces que la Opus, tu madre, ha hecho daño con el perdón sólo no alcanza. Que harás tu además de pedir perdón? Imagino que, al menos, intentarás modificar algo de dicha institución, ya que es muy difícil permanecer en un organismo que produce daño, no? No sólo eso, sino que el perdón verdadero conlleva la reparación. Y aquí no te pido a ti, sino a la Opus, con prelado incluido, una respuesta: que harán para reparar el daño causado?
Cambiando el tema (y poniéndonos sobrenaturales) les comento que sigo soñando regularmente con la Opus. En mi ultimo sueño el prelado actual daba una meditación en el oratorio de un centro (vaya a saber uno cual) por TV! e instaba a la oración. A mi el sueño me llegó tarde, pero a lo mejor a alguno le sirve. Si hubiera estado en la Opus hubieran dicho que "rezo hasta dormido, como el Chema", Que va!. Sueñan Uds. regularmente con la Opus. A mi me pasa y generalmente en esos sueños tengo siempre el mismo problema: saber que no quiero estar allí, que ya se los dije y que nadie parece escucharme (no se si estoy para pastillas, espero que no).
Por último, hace unos días me encontré con un grupo de numeratas de paseo ( si de paseo, ¿no era que en la opus no hay vacaciones?, joder que han cambiado las cosas) y se pararon para saludarme (Milagro, algo habrá cambiado?) Quizas lo hicieron por que eran varios y se sentían más fuertes (como le pasaba a Legión). Pero lo más ridiculo fue el dialogo. Hablaron solamente de frivolidades, de lo que tenián y dejaban de tener. Cuando la vida se vuelve vacía hay que agarrarse de cualquier cosa. Raro, raro.
Besos y abrazos Gustavo
