Fines, psiquiatras y otras mentiras.- Amandus
Fecha Wednesday, 31 January 2007
Tema 010. Testimonios


Hace algunas semanas que no escribo y tenía "mono" y ganas si bien tengo siempre mis dudas sobre la efectividad de todo esto: ¿hay que olvidarse y seguir como si no hubiera pasado nada? o ¿hay que ir más allá, escribiendo, denunciando y desenmascarando para que resplandezca la verdad?

Dos fines decían que eran los de allá: santidad y apostolado. Por cierto, del primero se me habló con claridad; del segundo, no, al menos en los primerísimos tiempos. ¿No es un poco de arrogancia eso de querer ser sant@s? Era una peculiarísima interpretación del Evangelio hecha por el marqués de P. ("sed perfectos como mi Padre Celestial"). La finalidad de los cristianos creo recordar que era la salvación de las almas, pero, claro, ellos tenían que ser más chulos que un ocho e ir más allá (salvación= santidad y apostolado, hala! y dos huevos duros!). En fin, creo que la santidad, en todo caso, se consigue sin buscarla.

Segundo fin: el apostolado, puro y duro, llevando "cinco amigos colgados de cada dedo de la mano". Si no servían, había que ir por otros y dejar "tiraos" a aquellos,... viva la lealtad en la amistad,... tenían que pitar 1 ó 2 "per capita" cada año (en 9 años sólo tomé el pelo a uno, y bien dolido estoy), o sea, fui altamente deficitario. A cursos se retiro creo que fue uno o ninguno, a alguna convivencia pseudo-disfrazada (de estudio, de hacer calceta, o de jugar a marcianitos) tal vez convencí a alguno más,... ah, sí a círculos viciosos, llevé a algunos más (no muchos, la verdad). Y aquí acaba mi edificante curriculum.

Invité a dos compañeros (estaba en 2 de BUP, 15-16 añitos) al UNIV y, cuando estaban convencidos (y yo agradecido al Cielo porque, por fin, acariciba el deseo de visitar Roma y obtener bonificaciones para mi torpe lucha diaria), los llevé al centro, hablaron con el dire y, al informarle de su objetivo de ser misioneros,... la bronca que me metió el susodicho todavía resuena en mis oídos.... Ciertamente yo no había entendido nada, la vocación de misionero nada tiene que ver con la "nuestra": contemplativos en medio del mundo. Y añado yo: "contemplativos" de la histeria (que no historia) de Escrivá y sus secuaces... y "en medio del mundo" no se lo cree ni doña dolores (si dijéramos "en medio del convento", citando a Ruta, me cuadra un poco más).

Tema psiquiatras: ya aludí a él en mi primer escrito, creo. Como veo que el tema da mucho de sí (spiderman, ruta y otr@s han hablado, gracias por darme pie a aportar mi granito de arena), intentaré añadir algo. Ya expliqué que al psiquiatra (opusino, como no podía ser menos) no entré solito, sino con la amorosa e inquisitoria presencia del dire del centro donde vivía (supongo que para verificar que lo que decía era lo mismo de siempre, que no callaba ni añadía nada nuevo, etc. en fin, supongo que para tener "argumentos" de cara a mi inminente despido). Lo más divertido fue el diagnóstico del "profesional": lo "mío" no tenía cura pero se podían mitigar sus devastadores efectos, ¿cómo? con bromuro, el viejo remedio. Y así fue como éste que escribe, fue por el mundo durante unas semanas, sin nada entre las piernas, jodido pero contento, porque habíamos dado con la "solución".

Dios es grande y la suerte quiso que,unas pocas semanas después (al poco de firmar el "finiquito") y volver al domicilo familiar, visitara al médico de cabecera de toda la vida, le contara mis síntomas, mi apatía, adormilamiento, etc. y me comentara que aquel tratamiento era una aberración y que debía dejar fluir mi personalidad y me dio vitaminas. Gracias, doctor, por aquel certero consejo.

Lo último que quería contar (y me excuso por la mezcla inconexa de temas pero así "suelto el sapo" y no os canso otro día con mis monsergas) es la mentira de la "libertad" política que supustamente tienen los miembros de la secta.

Sólo se podía votar a partidos no marxistas (los "sociatas" en España, en aquella época, lo eran, eran como el diablo. Un cura llegó a decir en una clase de aquellas de tomismo tan profundo, que leer "El País", para un numerario, era pecado mortal, lo cual le valío un cf por mi parte, olé mis güebos, haciendo cfs a los curicas). Conclusión, sólo se podía votar conservador o centro.

Recuerdo que yo manifestaba abiertamente mis simpatías por la UCD (no porque me gustaran particularmente sino porque era lo más "progre" que se permitía) Pues bien, llegó aquel ministro, Fernández Ordóñez, de la UCD, centrista (diculpadme, amig@s no español@s que tal vez no me seguís), que legisló el divorcio en España, y, claro, "amandus anatema fuit", me señalaban con el dedo "oficiosamente"; oficialmente no se hablaba de política, es cierto.

Jacinto Choza hablaba de Calvo Serer. Tampoco tenía muy buena prensa entre algunos "megafachas" que me rodeaban. Cuando el golpe de Tejero, en 1981, me consta que alguno, individualmente, jaleaba al teniente coronel a no rendirse. Pero, insisto, eran posturas individuales, no la prelaticia.

Y por hoy ya está bien, salu2.

Amandus (="el que debe ser amado", porque es un tío cojonudo, bueno, esto no lo dice el latín, lo digo yo)









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