Tapatío, me desconciertas por dos motivos.
1º No te conozco de nada, pero tu alegría se me contagia. ¿Por qué?
2º Vas a cometer el mismo error que tan feliz a mí me hizo. ¿Por qué?
Permíteme un fuerte abrazo para desearos felicidad y para que dejes de temblar como un flan. ¡¡Enhorabuena!!
Luxindex y Yo.