Increíble propaganda sobre el Opus Dei. V La libertad abortada - Doserra
Fecha Wednesday, 10 January 2007
Tema 060. Libertad, coacción, control


 La  libertad abortada.

Cap.5 de Increíble propaganda sobre “La vida en el Opus Dei”

 

Dedicado a Aquilina-Elena

Doserra, 10 de enero de 2007

 

 

El quinto y último apartado del folleto “La vida en el Opus Dei. Las personas del Opus Dei en el mundo actual”, cuya glosa concluimos con el presente comentario, tiene como título otra frase: “Porque me da la gana”, con la que al Fundador gustaba subrayar la importancia moral del actuar libre.

 

El Fundador predicó y escribió ideas preciosas sobre la libertad. Pero, en esto como en otros muchos aspectos, su compleja personalidad le llevó luego a establecer para la Obra innumerables disposiciones con las que los ideales libertarios proclamados se quedaron en el mundo de las ideas, hasta acabar finalmente abortados. El folleto afirma:

 

«Una experiencia bastante común es la sorpresa que suscita la libertad con la que se mueven las personas del Opus Dei. Se podrían elaborar todo tipo de teorías al respecto, pero ninguna tan gráfica como la frase "porque me da la gana", utilizada por el propio fundador del Opus Dei. En este sencillo argumento se apoya el testimonio de quienes pertenecen al Opus Dei. Una afirmación sorprendente por inesperada, por espontánea, por atractiva y, además, porque es verdad. Es la misma razón que suelen esgrimir los enamorados para defender su compromiso, o un estudiante al elegir carrera y cualquiera cuando decide desinteresadamente hacer una buena obra. Se trata sencillamente de vivir con intensidad el compromiso bautismal. No se recibe la vocación al Opus Dei por tener unas virtudes especiales, ni se asume por un motivo diferente que el deseo de querer cumplir la voluntad de Dios "porque me da la gana".

 

         La libertad en el Opus Dei es esencial. En realidad es una exigencia del ser humano, una condición para que nuestras acciones tengan valor y mérito. Sin libertad, nada vale. Libertad en qué, para qué, cuándo y cómo. Libertad siempre y con responsabilidad. Las personas del Opus Dei gozan de las mismas libertades que el resto de los ciudadanos: libertad ideológica, cultural, profesional, artística, de opinión, de movimiento, de vida. Incluso la libertad de equivocarse –que el ser humano tiende a rehuir-, forma parte del sentido de la libertad que se respira en el Opus Dei. No hay más límites para sus miembros que lo que en cuestiones de fe y de moral exige la Iglesia a todos los fieles. La verdad y la libertad forman un tándem: una no puede mantenerse sin la otra. Desde esta perspectiva, el aparente dilema obediencia-libertad desaparece al hablar de santidad y apostolado. En relación con los demás, una consecuencia de lo anterior es el amor y defensa de la libertad ajena. La amistad y la lealtad emergen como valores de gran estima cuando predomina el clima de elegante respeto a la libertad individual de todos».

 

Sin ánimo de ser exhaustivo, se me ocurren las siguientes observaciones:

 

1. Me parece chocante que un folleto escrito para salir al paso de los ataques contenidos en “El Código Da Vinci” -donde el principal protagonista opusino es un sicario fanatizado-, afirme que los miembros del Opus Dei se distinguen en la sociedad por la libertad con que se mueven en su vida diaria.

2. Tampoco parece admisible sin más que el testimonio de quienes están en la Obra confirme que en ella se vive en libertad. Pues la realidad es que de lo que hablan los testimonios de los que han salido de la Obra es de un control asfixiante y en materias de las que nunca les hablaron antes de entrar en la institución. Y otro tanto puede decirse considerando, respecto de los que aún están dentro, que el índice de perseverancia de los miembros célibes es ínfimo, y llamativo el de enfermos psíquicos en los Centros de san Miguel.

3. Es una pena que ese reconocimiento de la importancia de la libertad, que aparece al comienzo del segundo párrafo, no se traduzca luego en realidad en varios de los planos que se señalan: los fieles del Opus Dei no son cristianos corrientes en el orden cultural y artístico, donde existen numerosísimas directrices para las lecturas, el cine o el uso de los medios informativos; en el plano teológico y espiritual, donde se ven constreñidos a una endogamia de autores institucionales; en el terreno de sus actuaciones familiares y sociales, especialmente l@s Numerari@s; y no digamos ya, como ha puesto en evidencia magistralmente Oráculo, en el campo de la libertad de sus conciencias para escoger confesor y buscar asesoramiento espiritual personal.

4. Resulta asombroso que el folleto presente como distintivo del ambiente del la Obra el respeto a la libertad de equivocarse, cuando la profusión de directrices preventivas, que aparecen en los vademecums internos-secretos, asfixian hasta el trastorno psicológico la espontaneidad vital de muchos de los miembros, sobre todo de l@s Numerari@s.

5. No es cierto que en materia de fe y moral los miembros del Opus Dei no tienen más límites que los que la Iglesia propone a sus miembros. Basta consultar la Guía bibliográfica interna o el Elenco de libros aprobados para la lectura espiritual, o la relación de Casos de conciencia de referencia cr 11/00, o las Experiencias de ceremonias litúrgicas, documentos todos ellos publicados en esta Web, para darse cuenta de que las autoridades de la Obra, en contra de lo que ésta proclama y de lo aprobado en sus Estatutos, se entrometen en multitud de asuntos que exceden las competencias atribuidas por la Santa Sede.

6. Resulta patético que presuman de amor y respeto a la libertad de los demás quienes promueven un proselitismo seductor y coactivo con los jóvenes y, en los centros escolares promovidos por la institución, les presionan de múltiples maneras para que asistan a las actividades de formación religiosa.

7. Estoy de acuerdo en que “la verdad y la libertad forman un tándem: una no puede mantenerse sin la otra”. Quizá por eso, el miedo a la libertad derivado del afán controlador de Escrivá, acabó ocasionando que se ofuscaran en la práctica tantas y tantas verdades sobre las que inicialmente predicó y escribió con tan admirable lucidez.

8. Asimismo, concuerdo en que la amistad y lealtad verdaderas son imposibles sin un clima de exquisito respeto a la libertad. Pues esto explica, a mi entender, que la institucionalizada violación de la libertad de las conciencias de los miembros, denunciada por Oráculo, haya ocasionado la habitual instrumentalización proselitista de la amistad y la falta de lealtad incondicional con las personas que deciden rescindir su contrato de incorporación al Opus Dei.

 

Pensando en algunas afirmaciones de Escrivá -y sin juzgar su interioridad-, parece como si en este caso se hubiera cumplido también la maldición bíblica de que Dios rechaza a los soberbios y a los humildes da su gracia (cfr. Lc 1, 51-52). Pues Escrivá solía presumir de haber diseñado para el Opus Dei una libertad que había ido buscando por todo el mundo, como Diógenes Laercio, y no había encontrado ni en la vida civil ni eclesiástica. Es posible que tuviera razón en lo que criticaba. Pero lo cierto es que, a la hora de plasmar sus ideas, acabó siendo abortada la libertad que Dios debió ayudarle a vislumbrar».

 

- o - O - o –

 

Recapitulando los apartados anteriores, diría que he querido comentar este folleto porque me ha parecido paradigmático del actual modo de proceder del Opus Dei. Pues en estos cinco apartados se sintetiza bastante bien precisamente lo que debería ser la Obra, aquello para lo que ésta nació y que constituyó el atractivo para muchos; pero que, lamentablemente, se ha quedado, en gran medida, en papel mojado. Y he querido dedicar esta última edición a mi admirada Elena porque me ha parecido súper acertado su última comunicación: Juzgar los hechos y/o juzgar las personas, que suscribo plenamente.

 

En efecto, ¿los responsables de esta increíble propaganda saben que todo eso es lo que debería ser pero en realidad no es? Que Dios me libre de juzgarlo. Pues el mundo de la inteligencia emocional es, como dice Aquilina-Elena, inescrutable para los ajenos: no sólo por su inextricable complejidad, sino también porque en cada interioridad humana, aun de la persona más perversa, late el misterio de Dios, a cuya imagen y semejanza fue creada.

 

Saludos cordiales,

 

Doserra

 

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