Con cariño, para Claire Fischer.- Pentium
Fecha Wednesday, 10 January 2007
Tema 900. Sin clasificar


Estimado Claire,
 
Ya espera tu respuesta desde hace días. Pensaba que no aparecerías por la web, pero veo que sí, que allí estás, al pie del cañón.
 
Trataré de ser conciso en mi respuesta:
 
1.- No creo haberte amenazado en mi escrito. Si lo lees bien, digo que "te aconsejo" y no que "te amenazo". Por tanto, es simplemente un consejo de amigo, de veras. Luego, al finalizar tu escrito dices que tienes miedo y me pides que no haga daño a tu familia ni a tu fama. No es mi intención, no es mi estilo, no me gusta hacer daño a nadie.
 
2.- Hablas de mi primer escrito, pero omites otros en los que traté de rectificar. Además, si lees mis escritos recientemente publicados, soy como menos "radical", más comprensivo, menos duro. Fíjate en esos escritos, querido Claire, y lo comprobarás. De verdad, quiero hablar, dialogar, discutir sanamente, comentar, recordar, reir, limar diferencias, pero… veo que tú sigues con tu tono duro e infranqueable.
 
3.- Afirmas, y entrecomillo tus palabras que "El Opus Dei, tras tu defección, te dio trabajo remunerado, no ya en una empresa en la que trabajaban otros miembros de la Obra, sino en una mismísima Obra Corporativa de la institución". Te equivocas, amigo. Es cierto que trabajé en una Obra Corporativa, y lo hice desde septiembre de 1996 a diciembre de 1998, cuando aún era Numerario. La Obra Corporativa era el IESE, para más datos y para saciar la curiosidad de alguno. Mi salida de la Obra -que no defección, como dices tú- fue meses más tarde, en pleno 1999. La Obra no me dio trabajo, no me dio nada. Encontré trabajo por méritos propios en un lugar muy lejos del Opus Dei. Por tanto, colega, antes de hacer afirmaciones gratuitas, por favor, entérate de lo que hablas. Por cierto, trabajar en el IESE es de lo más jodido (perdón por la expresión, pero no encuentro otra) que hay sobre la faz de la tierra. Continúo y dices -entrecomillo de nuevo tus palabras que "A mí no me dieron trabajo cuando me largué del tinglado, sin ahorros, sin un lugar dónde dormir, sin prácticamente nada, con una mano delante y otra detrás". En algo nos vamos pareciendo. A mi tampoco me dieron nada. Me fui sin un duro. Por tanto, cuando dices “Espero Pentium que algún día tengas a bien explicarnos a los participantes de la web porqué se portaron tan bien contigo”, no sé qué debo explicar. Porque, insisto, la Obra no me dio nada de nada. Sí, me dio una cosa, la dispensa y un “que te vaya bonito”. O sea, que si me quieres creer, me crees y si no me quieres creer, pues no me creas. Pero, insisto, no digas cosas que no son, por favor.
 
 
4.- Me alegro que rectifiques sobre el tema del chismorreo. Antes de trabajar en el IESE trabajé en la delegación, en la oficina histórica. Era el más “putillo” entre los “putillos”. (Putillo, en España, se dice de alguien no suficientemente cualificado en un lugar de trabajo u organización. Aclaración para los que no son de España). Sobre que chismorreaba y recogía correo, te diré, de nuevo estimado Claire Fischer, que NO a lo primero, y que SÍ a lo segundo. Hombre, ya que iba a la delegación, no costaba nada traerme el correo a mi centro, ¿no? Y no lo abría, eh? pues no era el director de mi casa ni estaba en el consejo local. Lo digo, por si alguno piensa que miraba el correo a escondidas antes de entregarlo al director. :-))
 
5.- Sobre eso que no entiendes te diré que alguien puede saber quién es alguien, pero no tener su mail o su teléfono. O sea, que quien no entiende aquí soy yo. No entiendo que tú no lo entiendas. Mira, si me quieres escribir encantado, me escribes. Y si no, pues no me escribas. Me gustaría mucho contactar privadamente contigo, y no a través de la web. Incluso no descarto vernos un día y charlar amigablemente, amablemente, los dos, junto a una buena cervercita o similar.
 
6.- Y finalmente, añadir que Bauprés, ese centro que se cerró por falta de vocaciones según nos explicabas hace unos meses, se ha reabierto de nuevo, convertido en casa de gente mayor.
 
Claire, un abrazo sincero, de los de verdad.
Pentium








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