Respuesta a Irinida.- Daniel M.
Fecha Monday, 08 January 2007
Tema 040. Después de marcharse


Irínida, escribió su experiencia el pasado 18 de diciembre y cada vez que leo su carta me emociona. Espero que con el tiempo, supere su estado anímico. Confieso que no se me ocurre otra cosa que el consejo que me dió un joven sacerdote jesuita; que me apoyara en Jesús, que es sanador, como mostró en tantas escenas del Evangelio. Y esto me lo dijo el mismo día que estaba hecho polvo porque me acababan de decir que no siguiera en la Obra. Pero en vez de esperar al siguiente 19 de marzo para no renovar, preferí cortar cuanto antes por escrito. Una reacción un poco visceral supongo, pues les dije que no quería ser cooperador ni acudir a sus retiros.
Sin embargo, no me ha importado hablar con el cura o con el numerario que me dirigía. No tengo “casi nada” contra la Prelatura. Pero el “casi nada” es que no me gusta la política de “usar y tirar” aunque se revista con la apariencia de preocupación caritativa por la salud de uno.
Esta Prelatura no deja de ser una organización (sospecho que como otras de la Iglesia) que busca captar personas útiles a sus fines -con “vocación”, ¡ja!-, y si éstas no les sirven, pues que se vayan (o si quieren, que sean cooperadores). Y esto, se vista como se vista, no me parecerá jamás una postura respetuosa con la vocación personal de uno (que al fin y al cabo es dada por Dios)
Si prevaleciera antes la persona que la Institución, quizás algunos nunca hubieramos entrado o no hubieramos seguido tanto tiempo en ella. Con lo que nos hubieramos ahorrado algo de sufrimiento. Me pregunto porqué estuve tanto tiempo. Realmente, sé el porqué: trataba de perseverar en mi vocación personal. El problema fue que la confundí desde el principio con la “vocación al Opus Dei”. Gran parte de la responsabilidad de esta confusión fue de la Prelatura, por la falta de información y la muy precipitada captación. Pero debo reconocer que hubo error por mi parte por ir tan de “buena fé” que puse mi confianza totalmente en ellos. Supongo que era joven, y además, como dije en otra carta anterior, era un recién converso. Y no es la mejor situación para tomar la decisión de incorporarse a una institución vocacional. Yo pienso que mi incorporación fue nula por ignorancia sobre el compromiso.
Creo que la “vocación al Opus Dei” existe, pero que no es más que otra vocación de las pertenecientes al rango de la vida consagrada, lo trágico para muchos es que se presentan como laicales y confunden a los que tenemos solo y simplemente vocación laical (que, por cierto, también la da Nuestro Señor, por si algún numerario no lo sabe aún)
Es curioso como en todo lo humano hay jerarquias. Tanto eres, según tanto ocupes en el escalafon social. También en la Iglesia. No es lo mismo tener vocación laical (y es mejor que sea a alguna asociación antes que sólo de tu parroquia), que vocación consagrada (preferentemente religioso antes que ser secular); y tampoco que vocación sacerdotal (y aquí tenemos desde el Papa, Cardenales, Arzobispos, Obispos, curas, hasta los díaconos. No digo nada si el cura preside alguna asociación o movimiento, que si es un sencillo párroco).
Asi pues, no es lo mismo ser miembro de la Prelatura (por grados, del Consejo del Padre que de la comisión de la región, o de la delegación que director, y ésto antes que numerario de centro, y  agregado antes que supernumerario) que ser un laico normalito de tu parroquia.
En todo hay clases y categorías. En la Iglesia también. Por favor, ¡si hasta en el cielo hay varios coros angélicos! No es lo mismo un arcángel que un angel custodio. Si, la Iglesia es también muy humana, no sólo divina. Pues esto es lo que hay, esto es la vida en la Tierra, mientras el Señor nos la conceda.
Como consejo al lector, procura no equivocarte nunca de lugar, no intentes ocupar el que no te corresponde. Pues sea en el trabajo, en la sociedad, o en la Iglesia, equivocarte supone siempre “dolor” (sobre todo de naturaleza psíquica). Te deseo que aciertes y ocupes sólo el lugar que verdaderamente te corresponde, pues en otro distinto, sufrirás. Y ya hay bastante sufrimiento en el mundo.
Irínida, nos ha dado su testimonio. Un caso más, análogo a cientos (o miles). Quizás a millones de personas en todo tiempo y lugar y en otras "vocaciones". Fue algo parecido -sin llegar a su extremo- al mío. Siempre es mejor prevenir que curar, pero cuando no se pudo prevenir, sólo nos queda la paciencia “que nos llevará al cielo” y el tiempo, para curar. Le deseo lo mejor en este año 2007.
Saludos, Daniel.
PD: Como información para vuestra página, aquí os remito la copia del Salmo II, que se reza los martes en la Prelatura del Opus Dei, y también se lleva a la oración mental. Es una de las normas obligadas del plan de vida de los miembros de la Prelatura. Sin embargo, cualquier cristiano también lo puede rezar y meditar, si lo desea, sin obligación alguna (y sin pena de pecado de ningún tipo como parece ser propio de la Obra). No la he encontrado en vuestro listado de "documentos internos" etc, así que pensé que podía ser interesante para vosotros y los internautas.
Creo que no incurro en ningún tipo de falta moral por dar a conocer esta oración, (cuyo contenido viene en la Biblia, y está traducido al español en la página web del vaticano -www.vatican.va-) y aunque ya no sea miembro, que nunca fuí "fiel", de la prelatura, me parece una buena oración e interesante para todos. (Ya véis que aún me queda algo del "tic" mental del Opus, ¡qué le vamos a hacer!)
 
Os deseo un feliz y pacífico año 2007 (si el Señor lo permite, claro)
Daniel M.
 








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