Inocencia y alienación.- Jacinta Unzué
Fecha Monday, 08 January 2007
Tema 100. Aspectos sociológicos


He tratado de elaborar un par de ideas que llevan unos meses dando vueltas por mi cabeza y justo Jacinto Choza publicó su maravilloso artículo que nos puso a todos a pensar y a muchos a escribir. Traté de leer todos los artículos con la mayor calma posible, aunque no hubo ni uno solo que pudiera leer de un tirón porque uno de mis hijos me demanda cosas cada cinco minutos (!!!). Por eso de antemano me disculpo si estas ideas no estan bien hilvanadas y están por debajo de los estándares de los demás comentaristas del artículo en cuestión.

Si los directores son inocentes o no, no lo sé... pero sí se que a medida que pasan los años dentro de la obra, los numerarios (y en menor medida también los demás miembros de la obra, y cuando digo numerarios incluyo también a las numerarias y numerarias auxiliares) vamos perdiendo de a poco el dominio de nuestra persona... de a poco, a fuerza de vivir consultando hasta lo más mínimo, sea de carácter práctico o de vida interior, vamos desarrollando el hábito de vivir desde fuera de nosotros mismos... y a medida que el hábito se arraiga dejamos de poseernos a nosotros mismos y empezamos a vivir alienados...  No nos poseemos a nosotros mismos y no tenemos acceso a nuestra propia conciencia... siempre queda un cierto resto.. de hecho es desde ese resto desde donde tomamos la decisión de irnos y abandonar nuestros compromisos con la prelatura...

Todos hemos experimentado, además de una gran paz, como, a medida que pasan los meses desde nuestra salida, vamos recuperando de a poco ese mundo interior nuestro y vamos viviendo más como "nosotros mismos"... en una mayor y más profunda posesión de nuestro propio yo... Esa es, a mi juicio, la mayor prueba de que la Obra es una secta. Porque solo una secta puede enajenar a las personas al modo con que lo hace la obra. (quién lo hubiera dicho jamás... que yo iba a estar diciendo a los cuatro vientos que la obra es una secta... pero es que no puede explicarse de otro modo) Se predica hasta el hartazgo sobre la libertad y vivir en conciencia, pero después se las manipula desde muy adentro hasta conseguir la más completa alienación. Es por eso que creo que muchas personas en los cargos de dirección son inocentes porque no se poseen a sí mismas, no actúan en total posesión de sus conciencias, no son libres en serio... Pero no los eximo de toda responsabilidad en ese proceso, porque los que nos hemos ido probamos con nuestra propia historia que ese mecanismo de alienación es reversible y todos experimentamos que hay un momento en que optamos entre ver o cerrar los ojos... algunos los cierran por miedo (como lo muestra Agustina en su artículo), otros por comodidad, otros por mil motivos varios... Los que optamos por mantenerlos abiertos y seguir la voz de nuestra conciencia por débil que se sintiera hemos recibido el premio de respirar otra vez el aire puro de la libertad.

Gracias a Dios nos fuimos...!

Jacinta









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