Sobre la inocencia de los dirigentes.- Carocha
Fecha Friday, 05 January 2007
Tema 100. Aspectos sociológicos


Querido Jacinto Choza,

es interesante tu postura de intento de explicación racional honesta del modo de ser de l@s numerari@s “director@s”. Pero me parece que no existe explicación racional honesta para un modo de ser y actuar que no es íntegro, aunque sea muy racional.

Tu hablas de la buena fe de esas personas, y yo no puedo concordar. Tenían y tienen modos de pensar y de actuar consistentes, racionales, informados. Tenían y tienen medios materiales y de organización privilegiados. Tenían y tienen la habilidad necesaria para insinuarse en las conciencias, en las familias, en la sociedad, en la Iglesia.

¿Inocentes? De modo alguno. Cada uno de ellos es una persona única. Aunque parezcan clonados, no lo son, y, si tienden a eso, esa responsabilidad, que me parece basilar y muy seria, también es de cada uno. Nadie nace “director”: cada uno tuvo que retorcer con empeño y precisión su propia conciencia. Los juicios son personales, y en el juicio que finalmente interesa también no va a entrar la muy pilla tuna de la Firma en bloque, aunque a la responsabilidad personal haya que acrecentar la gravedad de la hoy muy banal figura de asociación de malhechores.

Sustento, además, que el modo de pensar de los dirigentes era y es muy sofisticado, en que siempre supieron adaptar habilidosamente la presentación del “carisma” a los distintos públicos. La cruzada de la guerra civil de España y del postguerra se entiende, pero en España. La afirmación de España como” la reserva espiritual de occidente” no puede hacerse fuera de un contexto muy rigurosamente explicado: nadie lo entendería como una afirmación seria, o a lo mejor tan solo como una curiosidad antropológica, muy circunscrita. El marxismo y el modernismo fornecieron, providencialmente, motivos de cruzada internacionalmente comprensibles: fragilidades de un “carisma” universal destinado a la eternidad...

La psicología de cruzada – contra y en favor, siempre con intensidad máxima, no modulada, de un catálogo infinito y minucioso de gentes y modos de pensar – ha sido muy estudiada ya. El fundador era un hombre que tuvo problemas de todo tipo, como todo el mundo, y que los solucionó de modo muy distinto a muchos de nosotros: su estilo de comportamiento está publicado en manuales que los profesionales del ramo conocen muy bien, desde hace mucho: hay casos que no son incurables.

La necesidad de legitimación por el sufrimiento, de que hablas con entera justeza, es otra evidente fragilidad de tipo psicológico, tan primaria que daba verguenza asistir a muchas de sus manifestaciones. Yo presencié varias escenas totalmente surreales: por ejemplo, “tertulias” en las que numerarias contaban con entera seriedad la historia de su propia vida, para instrucción del público. Me acuerdo de una ocasión en particular, porque la mujer se entusiasmó de tal modo que incluso la claque más fanática se sentía – y manifestaba – incomodada: fue inolvidable. Decía ella - era la “directora” de la casa: “Cuando yo pedí la admisión, tenía un empleo muy bueno, novio y casa. Estaba para casarme. Lo dejé todo – lo entregué todo”. Y no se callaba.

Existen en el lenguaje peculiar de la Firma varias señales rojas que deberían hacer sonar inmediatamente nuestras alarmas internas: una de las más perversas, asustadoras y repelentes es la palabra “entrega”. Se trata de un lenguaje peculiar porque, a la imagen de otras firmas semejantes – partidos comunistas, agencias de publicidad – utilizan intencionalmente palabras familiares en sentidos particulares: algo como un dialecto homónimo de nuestra lengua, que pensamos conocer intima e instintivamente, pero peligrosamente desconocemos.

Uno de los fundamentos más fuertes de esta extraña manera de ver la vida está, me parece, en la ausencia total de sentido del ridículo de los dirigentes y de los wanna-be dirigentes (que constituyen una sub-especie imposible de olvidar). En el libro “Astérix en Hispania”, que recomiendo vivamente, se explica muy bien :)) – a través de Soupaloignon y Croûtons, jefe ibero, y su devotado hijo, Pepe, (“Soy hijo de jefe!”) - esta actitud, que sorprendía enormemente a los bien-intencionados, pero en aquella ocasión totalmente desorientados e hilariantes extranjeros Astérix, Obélix e Idéfix.

En el mismo sentido, el argumento de la “renuncia al sexo” es otra novedad del sorprendente manantial de los miles de km: nosotras renunciábamos poética y abnegadamente a las enternecedoras alegrías y a los sacrificados trabajos del hogar, no al brutal y masculino sexo - fuente, por lo visto, de alegrías tales que le colocaban en el topo de una lista que incluía cosas de ensueño: motos, la libertad de la conciencia, hasta idas al cine! Éramos ángeles totales para evitar nuestro destino natural de demonios totales: ridículo total, en suma (y mucha ignorancia, y mucho miedo, y mucha crueldad).

Con estas y otras brillantes ideas, se suponía que debíamos “formar” a la gente, supernumerarias incluidas, muchas de ellas cargadas de hijos. Que trapalhada descomunal! Pero éramos todas y todos gente muy “entregada”, por Toutatis!

Carocha

PD: Felicidades para cada uno de nosotros en esta web!

“In 2006, the World Wide Web became a tool for bringing together the small contributions of millions of people and making them matter”. http://www.time.com/time/magazine/article/0,9171,1569514,00.html

E foi assim que a castanha estrondosamente estalou... E tudo isto para quê, exactamente?


Carocha









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