En su corto escrito (breve, pero muy ambiguo. Menos mal que es corto) Amistadespeligrosas da a entender que la Opus Dei crea adicción.
Paradojas de la vida. Hay quien afirma que el hombre, actualmente, nunca jamás había sido tan libre como en nuestra época, pero que nunca jamás tampoco se había sentido tan solo. Quizá ni tanto ni tan calvo, pero en cierta medida, eso es verdad.
Ahí puede estar, sin duda, una de las múltiples causas de las adicciones, no solamente a la Opus, por supuesto, sino a otras y variopintas adicciones, probablemente muchísimo más destructivas que la Obra.
En nuestra bella y terrible posmodernidad existe una confusión tal en materia de conceptos, valores, pensamientos, teorías y praxis, que uno se pierde en esa amalgama infinita de posibilidades.
Como contrapunto a esa nebulosa inabarcable, una de las cosas que más me atrae de la Opus es esa concisión y esa clarificación admirable: al pan, pan y al vino, vino.
Me he leído casi toda la literatura de San Josemaría Escrivá, una literatura que cabría calificar como psicotrópica, esa mística urbana que te interpela, te sorprende y te estimula dentro de este caos, muchas veces depresivo y paralizante, en el cual estamos inmersos.
Por supuesto que uno no está de acuerdo en todo lo que afirma de forma categórica San Josemaría Escrivá, pero hay que reconocerle una calidad literaria y espiritual extraordinaria.
Lo mismo ocurre con la mayoría de documentos internos que intentan fijar y dar forma a las costumbres y praxis de los miembros de la Opus. Cierto que hay afirmaciones desafortunadas que desdibujan y ensombrecen el resto del contenido, pero cierto también que esa teoría sobre la praxis personal y colectiva es, en muchos aspectos, de una riqueza encomiable.
Otra cosa es la puesta en práctica de la teoría. E.B.E., en su brillante exposición titulada: “Las redes de la ‘barca’ del Opus Dei”, pone de manifiesto esas nefastas incoherencias y, sobretodo, contradicciones entre la teoría y la praxis. Una lástima. Una auténtica lástima, porqué esa maravillosa teoría si no se corresponde con la práctica, no sirve, o sirve de muy poco.
Vuelvo a repetir, que uno no está de acuerdo con todos los postulados y costumbres normativas, pero, según mi opinión, en un porcentaje muy elevado es una teoría brillante y que pone de manifiesto un nivel humano e intelectual de una excelente categoría.
¿Por qué ha fallado o está fallando la puesta en práctica de estos postulados? Una de las razones podría radicar en el evidente conflicto que deben de generar las normas con la esencia más primaria del hombre. Evidentemente toda esa ascética normativa choca frontalmente con los sentimientos y las emociones más básicas del ser humano. Esta puede ser, sin duda, una de las causas.
Una causa que se encadena directamente con otra: el planteamiento utópico de la teoría del funcionamiento. Quizá cuando intentamos poner en práctica todos esos estatutos nos encontramos con unas limitaciones humanas muy superiores a nuestros buenos deseos.
En este sentido, cabría reflexionar sobre uno de los Mandamientos de Jesucristo: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”; y, por encima de este, su Mandamiento definitivo: “Amad a los demás como yo os he amado a vosotros.” Nada más y nada menos.
Feliz Navidad y un fuerte abrazo para todas y para todos.
Ogrini
