El Capitán Araña: como siempre y como nunca.- Flanpan
Fecha Friday, 15 December 2006
Tema 070. Costumbres y Praxis


El Capitán Araña: como siempre y como nunca

Flanpan, 15-diciembre-2006

 

 

Ya os sonará eso del capitán Araña, que a todo el mundo embarcaba mientras el se quedaba en tierra.

 

Pues a eso me recuerdan ciertas recomendaciones del “librito de los curas”, cuando habla de justicia social:

 

“Dentro de la doctrina y de la moral católicas, caben diversas posturas ante las cuestiones de carácter social, político o económico, y cada uno puede adoptar la que considere más adecuada: lo que ningún cristiano consecuente ha de hacer es dispensarse de las responsabilidades sociales, porque las necesidades materiales y humanas del prójimo -las situaciones de miseria, la ignorancia, el sufrimiento- que, además, proceden con frecuencia de injusticias, no pueden dejar indiferentes a nadie, y menos a un cristiano” (pág.305).

 

El susrayo es mío. Rememórese junto a ese susrayo la “política” opusina respecto al aseguramiento médico-social de numes, nax, curas, y en general todo bicho que trabaja (T R A B A J A) en las tripas de la Cosa. Personalmente, puedo confirmar que en mi largo lustro de trabajo interno ni fui asegurado, ni  por supuesto recibí ningún subsidio cuando dejé de trabajar y me quedé en medio paro.

 

Hay que tener una cara dura, durísima, para decir que ningún cristiano consecuente ha de dispensarse de las responsabilidades sociales”, y aplicar luego esa política “clinex” de usar y tirar a las personas, sin preocuparse lo más mínimo de su futuro.

 

El espíritu de la Obra lleva a buscar la unidad de vida, que exige también una verdadera coherencia entre la fe que se profesa y el comportamiento social. Así, el empeño por instaurar la justicia y por remediar la miseria, la ignorancia o el abandono en el que tantos viven, debe ser consecuencia de una vida cristiana auténtica, que se manifiesta concretamente en el desprendimiento personal, en la sobriedad, en la templanza y en todo el tenor de vida”(pag.306).

 

¡Chúpate esa! ¿Verdadera coherencia entre la Fe y el comportamiento social?

¿De qué comportamiento social hablamos? ¿De darle un aguinaldo al portero cada Navidad, mientras se tiene esclavizadas y sin asegurar a las numerarias auxiliares? Sobra todo comentario.

 

En el siguiente párrafo se menta incluso el pecado grave:

 

En la labor con personas que disponen de más recursos económicos (…) es preciso que consideren, igualmente, que no pueden permanecer pasivos ante las necesidades materiales del prójimo -las omisiones en este terreno pueden ser graves-, ni tranquilizarse con destinar una parte de sus beneficios o algo de su tiempo a labores sociales, si no procuran a la vez vivir la justicia y la caridad en su trabajo profesional y en todas sus actividades.

 

Vamos a ver. Pongamos un caso teórico:

 

 “Pantuflo ha tenido trabajando para su familia un servicio compuesto de 4 señoritas que atendían casa, comida, ropa, preparación de banquetes, cuidado del jardín, cepillado de mascotas y decoración navideña. El servicio compuesto de esas 3 señoritas trabaja para él durante muchos años (10-20-30 años), pero durante esos años a esas señoritas no se les permite ahorrar, ni se les da de alta en la seguridad social. Finalmente una de las señoritas se da cuenta de que Pantuflo es un capullo, vive como un rey y mantiene a su servicio en situación de esclavitud. Otra señorita cae enferma –de tanto trabajar- y se convierte en un ser inútil para Pantufo. La última señorita quiere volver a su pueblo para cuidar de su anciana madre.

Pantuflo manda a las 3 señoritas a la puta calle, les dice que son unas perdidas y que se van a morir de asco.”

 

Se solicita un dictamen moral sobre la actuación de Pantuflo, haciéndose ver que lo de ahorrarse el seguro social lo hizo con todo conocimiento, y no por olvido. ¿Son graves las omisiones de Pantuflo? ¿Son omisiones levemente leves, así como perfectamente comprensibles?

 

Cada quien saque y traslade sus conclusiones.

 

Y como colofón:

 

Como es evidente, los deberes de estricta justicia no se satisfacen limitándose a cumplir las leyes civiles, ya que hay obligaciones de justicia que no están exigidas legalmente (en las relaciones laborales -trato con los empleados o con los colegas de trabajo-, en la utilización de los recursos pensando en el bien común incluso a costa de ciertos riesgos, etc.). Al mismo tiempo, también hay que subrayar que no basta con la justicia, porque «pide mucho más la dignidad del hombre, que es hijo de Dios. La caridad ha de ir dentro y al lado, porque lo dulcifica todo, lo deifica: Dios es amor (Ionn. IV, 16) De nuestro Padre, Amigos de Dios, n. 172. »

 

Pues nada. Ya sabéis lo del Capitán Araña.

 

A ser todos los supernumerarios muy estrictos con lo “social”, la “justicia y caridad” con los empleados y subordinados, que en la Cosa no se aplica esa regla: ellos están por encima del Bien y del Mal.

 

“Mirad; el salario que no habéis pagado a los obreros que segaron vuestros campos está gritando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos”. (Epístola de Santiago, capítulo 5)

 

Flanpan









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