Sobre las nax. Para Tomás C.- Supo
Fecha Friday, 15 December 2006
Tema 077. Numerarias auxiliares


Estimados todos:

Después de leer todas las contestaciones que se le han hecho a Tomás C. sobre su texto, me quedé un poco pensativo. Me dije para mí mismo: "Vaya, y si Tomás C. tuviera algo de razón". Ya he explicado, y hay gente que sabe por el chat, que tengo información de primera mano sobre este tema, pero aún así, la carne es débil (y el cerebro más a veces). Siguiendo los consejos de los directores espirituales de todos los tiempos, decidí alejarme de la tentación y desechar el pensamiento impuro que había tenido. No, Tomás C. no podía tener razón.

Sin embargo, todos sabemos que el Diablo mata moscas con el rabo cuando no tiene nada que hacer, así que se alió con la Carne-cerebro y volvió la tentación. "Puede que Tomás C. tenga razón y las nax viven felices y comen perdices". La tentación, como se puede ver, incrementaba su fueraza. Ya eran dos enemigos contra uno solo. Una vez más, rechace el pensamiento feo, como si de mi madre hubieran hablado mal.

Ya estaba un poco más tranquilo y decidí que podía dormirme por haber superado dos veces el ataque del Mal. Pero claro, cuando estás en ese estado de semiconsciencia que suponen los 2 segundos que uno tarde en dormir, llegó el Mundo para sumarse al ataque con el Demonio y la Carne. Tres frente a uno. Me di media vuelta en la cama queriéndolos esquivar, pero allí seguían. Metí la cabeza debajo de la almohada por ver si les despistaba: continuaban allí. Terrible.

Debía hacer algo para no dejarme arrastrar por ese pensamiento que aparecía tan hermoso, vestido de pureza, y que repetía machaconamente: "Tomás C. tiene razón, Tomás C. tiene razón, Tomás C...". Sólo tenía dos caminos: sucumbir a la tentación o explorar nuevos caminos bordeando el límite. Pensé que esta era la mejor solución y me acerqué hasta la web para leer los testimonios que pudieran confirma el pensamiento con el que me atacaban Carne, Demonio y Mundo. Me agarré a la estampa de San Judas Tadeo (de las causas imposibles) y me adentré en la web para ver el epígrafe 077. Numerarias auxiliares. Leí, leí, leí, bordeando como he explicado la tentación porque cabía la posibilidad de que tuviera razón.

Me pareció especialmente interesante "La Administración, esa desconocida". Cuando vi el título, pensé: "Estos textos los habrá leído Tomás C. porque dice que ha viajado mucho y sabe cantidad. Los leo y así seguro que salgo de dudas de la tentación". Aunque claro, me adentraba al máximo en el lugar del pecado. Me sentía como en una barra americana pensando si daba el paso para estar con alguna de las chicas o simplemente me tomama la cerveza y me marchaba. Era consciente de estar en el borde, en la frontera de la tentación. Estaba buscando información que confirmase la idea, toda ella pura y  noble, angelical diríamos, de que Tomás C. tenía razón.

Aún así, me dije seguro que no doy el paso final y caigo en la tentación, pero necesito saber cómo es el límite, dónde está, qué pasa cerca del límite. En mi interior era como pensar necesito saber qué pasa por estar dentro de la barra americana, por saber cómo es la habitación de las chicas, por verlas de cerca, aunque seguro que no caigo en el sexto mandamiento, aunque roce el noveno.

Bueno, leí (era como coquetear con la chica de la barra, pero es la mejor fórmular para saber al día de hoy) y conseguí lo que quería rechacé definitivamente la tentación: Tomas C. no tiene razón. El mundo de las numerarias no es idílico. Y eso que quien lo cuenta en "La administración, esa desconocida" escribía con total desapasionamiento. Bueno. Había vencido a la tentación: los tres salieron corriendo y tuvieron que abandonar mi carne, mi cerebro, mi mundo, y a mi ángel de la guarda (suplantado momentáneamente por el diablo, claro).

Ya pude dormir tranquilo. Mi ángel de la guarda, me regañó un poco por haber estado tan cerca de caer en la tentación, por haber coqueteado tanto con la chica de la barra americana. Pero una vez que supe como era la chica, me di cuenta de que no caería en la tentación. ¡Qué mejor victoria! Pero bueno, también me dio un recado mi ángel de la guarda. Tomás C. te lo doy. Leete toda la sección de Numerarias auxiliares de esta web y no volverás a decir tonterías y lo que es más importante, harás huir a esa tentación que has tenido que te decía que las Nax viven en un mundo genial.

Por cierto, qué bien escrito está La Administración, esa desconocida. Pone una coma en su sitio en el titular. Esta chica debería huir de la tentación de saber tanto, pobrecilla.

Supo









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