CONFRONTACIÓN DE VERSIONES SOBRE LA SALIDA DE LA OBRA.- Mar
Fecha Friday, 15 December 2006
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


El correo de Trinity me dejó perpleja.
 
Lo de 1984 es más que obvio: de hecho la lectura del texto de Orwell fue lo que me motivó a salir de la Obra. ¡Me hizo ver cómo estaba manipulada! Fue el despertador que me hizo salir de una pesadilla de la que era inconsciente.
 
Pero vuelvo a lo del cambio de textos en las publicaciones internas de la Obra. Yo misma, con estas manos, hice ajustes a tales documentos cuando llegaban las fichas con la indicación. No es ninguna farsa: en el Opus Dei "la verdad" es la que ellos diseñan conforme los intereses institucionales, ni más ni menos.
 
Ahora, en cuanto a la salida, cabe rescatar algunas ideas que a lo largo de cientos de testimonios en la web ha quedado declarado:
 
- El tema de la famosa muerte civil: así le denominó alguien en Opuslibros, y se refiere a que uno cuando sale no solamente deja de ser miembro o familia. Sencillamente ya no es, nunca fue.  Un ejemplo lo viví en carne propia. Había pedido la llamada en ese entonces dispensa de vida en familia. Es decir que temporalmente viviría con mis padres mientras pensaba las cosas, pero sin dejar de tener mis compromisos con la Obra.  Pues resulta que contra la costumbre de los centros, en los que está prohibido tener fotografías de los miembros (claro porque luego se les van y ocurre lo que ocurrió), en la sala de tertulias había una foto con las habitantes del último año. Y tal foto estuvo ahí por meses hasta que me fui con mis padres.  ¿Cuál sería mi sorpresa y dolor de que, apenas a 1 semana de haberme ido, al volver al centro para tener mi círculo, la tan querida fotografía de la familia había desaparecido?   Claro, yo era ya un mal recordatorio (recordatorio de infidelidad) para el resto de las habitantes.
 
Pero uno no desaparece unicamente de las fotos. Desaparece de la guía telefónica, desaparece del centro (porque incluso me obligaron a irme en un momento en que no estuviera ninguna otra numeraria fuera del consejo local y las mayores), desaparece de las conversaciones (es como poseer un nombre maldito, impronunciable), y casi como una orden soterrada termina desapareciendo del pensamiento de los que sí son fieles.
 
- Otro tema relacionado es laboral: Es sabido que miembro que trabaja en una obra corporativa, si sale de la Obra, se debe ir para evitar el mal ejemplo (o cualquier otra mala influencia, interferencia, escándalo).  No importa si no tiene otro medio de subsistencia porque ahí dejó su vida. No importa si era el mejor trabajador, el más profesional, el de influencia más positiva. No importa si se destroza su carrera profesional. No importa si con ello se terminan sus relaciones sociales y afectivas con quienes ahí convivió. No importa nada: ¡ya está muerto!, y los muertos apestan.  También viví eso en carne propia.
 
¡Si tan sólo el Opus Dei se diera cuenta de su errror: no sólo pierden gente que quizá los quería y quería seguir desarrollándose profesionalmente y ayudando desde fuera a su causa (síndrome de Estocolmo, dirán algunos), sino que pierden además gente que ellos mismos han formado profesionalmente, gente en la que han invertido tiempo, dinero y esfuerzo, y que sacaría sus necesidades laborales adelante. ¿Suena lógico? No. Motivo en forma de pregunta: ¿a qué le temen Opus Dei,  a qué le temen?
 
 
- Y el tema de la caridad de los hijos de Dios. ¿Son hijos de Dios (así se autodenominan en ocasiones) quienes pasan al lado de uno de estos muertos vivientes y no se detienen ni a saludarlo, o que lo evaden y salen corriendo en dirección contraria? ¿Son hijos de Dios quienes difaman al exmiembro pregonando que pasa por la vida causando daño  porque está amargado y confundido (así de general, así sin especificaciones)? ¿Son hijos de Dios, por ejemplo, una directora que te dice que la Obra siempre velará por ti, por tu salud espiritual, y de quien uno nunca jamás vuelve a recibir una llamada de preocupación, una llamada para ver cómo sigue? ¿Son hijos de Dios quienes un día antes se decían tus hermanos y para quienes un día después tú nunca exististe?
 
Pues, sí. También esos son hijos de Dios, y ojala  los bendiga con su Misericordia, y que su Iglesia los ayude a vivir conforme su ley: el Verdadero Amor.
 
Junto con todo lo anterior, afortunadamente, también recibí cariño y compresnión de otros miembros (yo los llamo amigas y amigos) de la Obra. Esos otros que no están cegados con las confusas y absurdas indicaciones e inconcientes costumbres de despreciar, olvidarse y sentirse redentores al rezar por los infieles. A ellos mi gratitud y cariño. Les doy también las gracias por saberme explicar que muchas veces algunos miembros actúan raro (no te llaman, no saben qué hacer en su relación) no por mala fe, sino porque están tristes con tu partida y no saben bien si buscarte o no te hará bien.  A ellos les digo: la amistad está muy por encima de la pertenencia o no a una institución. La salida de la Obra no implica la ruptura de las convicciones más profundas y del cariño verdadero. Por el contrario, puede ser una condición liberadora que permita el auténtico desarrollo de las personas, el que reencuentre su verdadero camino. ¿Qué tiene que ver eso con infidelidades, traiciones o mal ejemplo? ¿Qué tiene que ver con que se obligue a los miembros a tomar distancia? ¿Qué tiene que ver con perder el cariño con los que sí consideran que el Opus Dei es su camino? ¿Qué tiene que ver con la histórica distorsión que cientos de directores y miembros cegados han hecho de la salida de la institución?   También lo viví cuando era vocación reciente: pedí la admisión, y entrábamos 2 a círculo. A los 3 meses se fue de la Obra la otra persona. A la hora que pregunté qué había pasado, la directora en turno, con mirada nerviosa y voz tenebrosa me dijo muy seria: "hay gente que no sigue su camino, y es mejor no hablar más de ella".  Ese fue de mis primeros aprendizajes en el Opus Dei: mata, saca de tu recuerdo al que se va y no preguntes más. Está fuera del sistema.   Ojala que ahora que ya están modificando caritativamente su vademecum, experiencias, instrucciones y demás documentos, cincelen en el corazón de las vocaciones recientes que una persona es, y vale, por sí misma, y no por ser un supuesto farol encendido con la vocación al Opus Dei.
 
Siempre con cariño para mis amigos Orejas y para mis amigos de la Obra,
MAR.








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