Para Gregory P., y para todos.- Pentium
Fecha Wednesday, 13 December 2006
Tema 040. Después de marcharse


Me cita Gregory P., en su último escrito y no puedo por menos, que
contestarle.
 
Primero de todo, querido Gregory, mis opiniones no han cambiado. Lo que dije sobre que la pertenencia a la Obra no garantiza a nadie la salvación, siempre lo he pensado así. Otra cosa es que no lo hubiera manifestado hasta el momento. Gracias por tu apoyo, pero quisiera hacer una pequeña puntualización.
 
Nadie tiene la salvación asegurada: ni quien pertenece al Opus Dei, ni quien sea dominico, claretiano, jesuita, o franciscano... ni tú ni yo.
 
Cuando Mons. Escrivá decía que el hijo suyo que cumplía las normas él le aseguraba el Cielo, se daba por sentado que esa persona estaba haciendo las normas con rectitud de intención, evidentemente, y que vivía en gracia de Dios. No sólo por cumplir uno las normas se gana el Cielo. Si así fuera, todo el mundo se apuntaría. Además, ¿quién era Mons. Escrivá para asegurar el Cielo a nadie? Por tanto, deduzco de sus palabras, que daba por sentado que esa persona cumplía unas normas con rectitud de intención, que las cumplía en gracia de Dios, y que lo hacía por querer amar más a Cristo, que en definitiva eso es ser Cristiano. De lo contrario, ¡¡qué pantomima sería cumplir y cumplir, y acto seguido vivir una doble vida!! Para eso, no hace falta tanto esfuerzo, vamos, digo yo.
 
Y eso le puede pasar a una persona de la Obra o a cualquier católico. Por eso, vuelvo a insistir en lo que dije el otro día: tanto la virtud como el pecado, son personales. Y uno no se salva por pertenecer al Opus Dei o simplemente por ser un fiel católico bautizado ni tampoco uno se condena por dejar el Opus Dei. Para nada me siento identificado con las muchas palabras duras- que dijo el Fundador sobre la no salvación de un hijo suyo que no perserverara. En mi caso, obré con rectitud de intención y tengo paz, mucha paz. Nunca he tenido nostalgia de mis 18 años en la Obra. Y estoy convencido de que donde no hay paz no está Dios. Ergo, Dios no me quería dentro de la Obra.
 
Lo importante en la vida es la rectitud de intención con la que hacemos las cosas y hacerlas cara a Dios, viviendo en Gracia. ¿Qué quieres que te diga? Sólo Dios sabe los que se salvan. Por ello, siempre me ha gustado respetar el "sagrado templo de la conciencia" que, dicho de otro modo, sería como decir que cuando alguien hace algo, es por algo. Aunque esto no quita, de todos modos, que no haya un bien moral objetivo.
 
Me han gustado mucho tus letras, Gregory, y compruebo una vez más que hablando se entiende la gente. Le he pedido tu mail a los orejas y estoy esperando poder contactar contigo, pues seguramente nos conozcamos.
 
Un abrazo pa todos!
Pentium








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