La Sociedad.- José Antonio.
Fecha Monday, 11 December 2006
Tema 020. Irse de la Obra


Me pareció muy ocurrente el comentario de Agustina (25/10) refiriéndose a la opus como “La Sociedad”...es una referencia que se ajusta bastante a la realidad.

 

Pero incluso como sociedad, la opus deja mucho que desear. Hay sociedades mucho más transparentes y mucho más humanas, que no engañan a la gente para que se asocie, que no ocultan sus reglamentaciones, y que no maltratan a sus socios cuando deciden marcharse...

 

El sábado me decía un amigo recién salido que estaba impresionado por la “crueldad” con la que le habían tratado con motivo de su decisión de marcharse, y en especial con motivo de “la carta” que le indujeron a escribir...

 

En esas cartas quien queda “en buen lugar” -creen ellos- es “La Sociedad”, que se queda con un “recibí” buen trato, y un “gracias” por todo, que -aunque ficticios y forzados por la situación - no dejan de ser manifestaciones documentadas con las que justificar –llegado el caso- que ella se portó bien, que  los que se van quedan agradecidos a la opus, y que la culpa es del que se va...¡Y se quedan tan tranquilos, guardando cartas que no dicen la verdad sino lo que ellos quieren oir!...

 

Si la Sociedad permitiese que “la carta” se redactase con libertad los argumentos de los que se van pasarían de la ficción a la realidad y serían tan repetitivos como su praxis:

 

“...he sido engañado...”, “...no soy feliz...”, “...esto es muy artificial...”, “...nos dedicamos a engañar a la gente con medias verdades...”, “...esto no es una familia...”, “...la opus no ha cumplido sus compromisos...”,  y cosas por el estilo.

 

Ocurre también que el que se va sólo pretende eso, irse, huir de la infelicidad, terminar de una vez con las presiones, con las explicaciones y con los interrogatorios, por lo que es comprensible que ceda a la coacción de “la carta”...

 

Pero sería mejor negarse a escribir “la carta”...o bien escribirla con los “argumentos reales”(engaño, infelicidad, artificialidad, soledad, incumplimiento institucional, etc.) y dirigirla por conducto notarial al domicilio social de Roma.

 

Creo que es lo que se merece “La Sociedad”.

 

José Antonio









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