¿Por qué?.- Ogrini
Fecha Wednesday, 06 December 2006
Tema 100. Aspectos sociológicos


Por regla general, cuando a la gente le hablas de la opus se le cambia la expresión de la cara, digamos que el semblante se le vuelve más agresivo y hostil. No digamos ya si se te ocurre decir algo en defensa de la opus: se te tiran a la yugular directamente.

La opus siempre ha tenido mala prensa, muy mala prensa. ¿Por qué?

 

La inmensa mayoría de la peña que echa pestes de la opus no sabe decirte ni concretarte la razón ni el porqué de esa aversión visceral y rabiosa: “que si es una secta, que si son mala gente, que si todo por la pasta, etc, etc, etc.”, pero sin conseguir argumentar nunca una crítica lógica y coherente.

 

Vosotros, al menos, habláis con razón de causa: por eso os leo, por eso os escucho.

 

Mi relación con la opus o, mejor dicho, con alguna gente de la opus, no deja de ser bastante superficial a pesar de que mantengo contacto con ellos desde hace unos siete u ocho años aproximadamente: recesos, retiros y círculos mensuales. Buena gente, mentiría como un bellaco si dijera lo contrario, aunque claro, cuando con alguien sólo coincides una vez al mes, sea de la opus o de lo que sea, resulta relativamente fácil que todo el mundo sea buena gente y que haya buen rollete. Otra cosa es llevártelos a tu casa o estar metido en el ajo años y años, como lo habéis estado la mayoría de vosotros.

 

Buena gente, decía; por eso me sorprende que mucha gente que solo conoce la opus de oidas se pongan hechos unos energúmenos por el solo hecho de mencionar a la institución a la gente de la obra.

Pero, ¿por qué son tan malos?, les preguntas. “Pues porque son muy malos, muy malos, muy malos, unos cabrones de tomo y lomo, te lo digo yo.” Y de ahí no los sacas, macho.

Sin embargo, vosotros, o algunos de vosotros, aclaráis un poco más las cosas. Tampoco en demasía, pero por lo menos concretáis y exponéis vuestros argumentos a través de vuestra experiencia en la institución.

 

Pero, en el fondo, ¿qué es la opus? Satur, en uno de sus escritos, pone en boca de uno de los peces gordos de la obra eso “de que no lo sabe nadie, como mucho un cardenal allegado a la obra y Don Álvaro.” Teniendo en cuenta que Don Álvaro ya está en los cielos, el único que debe quedar debe ser ese cardenal, a menos que no le haya contado el secreto a alguien.

¿Una institución dentro de otra institución? ¿Un estado dentro de otro estado? ¿Una institución paralela a otra institución? ¿Un estado paralelo a otro estado? Eso si que es un buen misterio.

 

Pero, y sobretodo, ¿qué es lo que produce tanta aversión, tanto rechazo, tanto odio, a veces, en unos? Y ¿qué es, por otro lado, lo que produce tanto entusiasmo, tanto proselitismo y tanto fanatismo, en otros?

¿El misterio?, ¿el secretismo? ¿Qué es lo que repugna a unos y seduce a otros? Y no hablo tanto de vosotros (que vuestras razones tenéis) como de la gran mayoría, entre la cual me incluyo, que en el fondo sabemos bien poco, o nada, de la opus.

 

No lo sé. Quizá para algunos que estamos fuera y que vivimos inmersos en esa decadencia de valores y en ese relativismo atroz que acaba insensibilizando nuestra conciencia, en fin, inmersos en este mundo caótico e ininteligible, vemos en la opus un decálogo para aprender a vivir.

 

Y eso también es lo que os quería preguntar: los que habéis estado dentro durante tantos años, aparte de las tribulaciones, de los sufrimientos, de las grandes frustraciones y desperfectos varios que habéis sufrido ahí dentro, ¿os ha servido y os sirve ahora en vuestra vida cotidiana? ¿Os ha servido y os sirve ahora para mejorar el trato con la gente, con el entorno y con vosotros mismos? En una palabra: ¿vuestro paso por la obra os ha servido para aprender a vivir y para enriqueceros interiormente? ¿O bien, el exceso de mal que habéis padecido y vivido en la obra ha destruido y sepultado los recursos y habilidades personales y espirituales, la formación humana y espiritual, en definitiva, que se le supone a la obra?

 

Muchas gracias por vuestra paciencia y por vuestras respuestas.

 

Ogrini

 









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