Campanadas, Santos Padres y llaves
Flanpan, 4 de diciembre de 2006
Felicitaciones a Agustina y a los "topos" que facilitan la conveniente difusión de lo que el Fundador dijo, predicó y "escrivió" (qué fashion queda cambiar la "b" por la "v").
Escrivá "escrivió" en la Carta 14-2-1974 (las "rojitas" son mías):
No cargo las tintas, hijos míos, ni tengo gusto en dibujar malaventuras: basta abrir los ojos y, eso sí, no acostumbrarse al error y al pecado. Un lamentable modo de acostumbrarse ha ocasionado la petulancia de algunos eclesiásticos que —posiblemente para encubrir su esterilidad apostólica— llamaban signos de los tiempos a lo que, a veces, no era más que el fruto, en dimensiones universales, de esas concupiscencias personales. Con ese recurso, en lugar de imponerse el esfuerzo de averiguar la causa de los males para ofrecer el remedio más oportuno y luchar, prefieren claudicar estúpidamente: los signos de los tiempos componen la tapadera de este vergonzoso conformismo.
Por aquella época, al Papa reinante -Pablo VI- se le antojaba interesante decir cosas como estas (la negrita es mía):
CARTA ENCÍCLICA POPULORUM PROGRESSIO DEL PAPA PABLO VI
Merced a la experiencia que de la humanidad tiene, la Iglesia, sin pretender en modo alguno mezclarse en lo político de los Estados, está "atenta exclusivamente a continuar, guiada por el Espíritu Paráclito, la obra misma de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido". Fundada para establecer, ya desde acá abajo, el Reino de los cielos y no para conquistar terrenal poder, afirma ella claramente que los dos campos son distintos, como soberanos son los dos poderes, el eclesiástico y el civil, cada uno en su campo de acción. Pero, al vivir en la historia, ella debe "escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a
la luz del Evangelio"
...también dijo Pablo VI...
Pablo VI : definición de Sínodo de los Obispos en el Angelus del domingo 22 de septiembre de 1974
"Es una institución eclesiástica que nosotros, interrogando los signos de los tiempos y, aún más, acercándonos a la interpretación profunda de los designios divinos y de la constitución de la Iglesia Católica, hemos establecido después del Concilio Vaticano II, para favorecer la unión y la colaboración de los Obispos de todo el mundo con la Santa Sede, a través de un estudio común de las condiciones de la Iglesia y la búsqueda de soluciones correspondientes a las cuestiones relacionadas a su misión. No es un Concilio, no es un Parlamento, sino un Sínodo de naturaleza especial".
Y el Papa actual, Ratzinger, ha dicho:
MISA DE FUNERAL DE MONS. LUIGI GIUSSANI HOMILÍA DEL CARD. RATZINGER
Don Giussani realmente no buscaba para sí la vida, sino que dio su vida; precisamente de este modo encontró la vida, no sólo para sí, sino también para muchos otros. Realizó lo que hemos escuchado en el evangelio: no quería ser un señor, quería servir, era un fiel "servidor del Evangelio", repartió toda la riqueza de su corazón, repartió la riqueza divina del Evangelio, de la que estaba penetrado y, sirviendo así, dando la vida, su vida produjo abundante fruto, como vemos en este momento: se convirtió realmente en padre de muchos y, guiando a las personas no hacia sí, sino hacia Cristo, se ganó los corazones, ayudó a mejorar el mundo, a abrir las puertas del mundo para el cielo.
Esta centralidad de Cristo en su vida le dio también el don del discernimiento, de escrutar con acierto los signos de los tiempos en una época difícil, llena de tentaciones y errores, como sabemos.
Y el Papa actual también ha dicho...
Texto original del Tercer Secreto de Fátima - Explicación del Card. Ratzinger
Comprender los signos de los tiempos significa comprender la urgencia de la penitencia, de la conversión y de la fe. Esta es la respuesta adecuada al momento histórico, que se caracteriza por grandes peligros y que serán descritos en las imágenes sucesivas. Me permito insertar aquí un recuerdo personal: en una conversación conmigo, Sor Lucia me dijo que le resultaba cada vez más claro que el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto".