No todo el que deja la Obra deja la Fe. Para Iván.- Pentium
Fecha Wednesday, 29 November 2006
Tema 040. Después de marcharse


Estimado Iván y todos los que leéis esta web:
 
He leído tu escrito y no he podido por menos que discrepar de la opinión que apuntas.
 
Te preguntas -y te cito textualmente: "sí tras dejar la Obra la gente deja de rezar y abandona el Catolicismo, lo que todo el mundo debe preguntarse es: ¿Qué daños le produce el Opus Dei a su gente, y con ellos a la Iglesia, para que en el momento en que escapan de él abandonen las prácticas religiosas y la Fe?"
 
Partes de una premisa no del todo exacta: que todo aquel que deja la Obra deja la Fe. Y, no es del todo cierto, puesto que aunque hay gente que sí que deja la Fe al dejar la Obra, muchos otros -entre los que me cuento yo y muchos de los que me leen- no abandonan la Fe al dar este paso.
 
Por lo tanto, llego yo a varias conclusiones que están en las antípodas de tu comentario y que a continuación indico:
 
1.- No todos los que dejan la Obra dejan la Fe aunque hay algunos que dejan la Fe al dejar la Obra.
 
2.- Posiblemente hay que pensar que el que deja la Fe al dejar la Obra, lo haga por motivos que le lleven a ambas cosas, pero no como causa-efecto.
 
3.- Dejar de amar a la Iglesia o de creer en Dios porque haya gente en la Obra que no lo haga bien, no debe llevarnos a abandonar el amor por la Iglesia o la Fe. Son dos cosas distintas y es señal de madurez saber distinguir las personas de la institución a la que pertenencen. Te pondré un ejemplo: si me cae mal Joan Laporta no por eso abandonaré mi afición por el fútbol. En todo caso abandonaré mi afición por el F.C. Barcelona. Dicho sea de paso a mi el fútbol como que me la repanpinfla.
 
4.- La Fe es algo personal y don de Dios, por tanto del hecho de abandonar la Fe no debe culparse a nadie que no sea uno mismo, puesto que igual que la virtud es personal, el pecado también lo es. De lo contrario, diríamos que tal o cual institución de la Iglesia hace que sean santos los que a ella pertenencen por el hecho de pertenecer y sabemos de sobra que en la Obra, aunque hay gente muy santa, hay otros que -sin entrar en juicios temerarios- dan la impresión de estar muy lejos de la santidad.
 
5.-  Finalmente, y como prefiero hablar por mi y no generalizar, en mi caso, no sólo NO he dejado la Fe al dejar la Obra, sino que ahora me siento mucho más dentro del mundo, más cristiano y con posibilidad de hacer mucho más bien del que traté de hacer -como tú, seguramente- durante mis años en la Obra.
 
6.- Una de las cosas que aprendí en mi marcha de la Obra es que pertenecer a ella no garantiza la salvación del alma y no es salvoconducto para la santidad. De lo contrario, y siguiendo tus argumentaciones hasta el final, deberíamos pensar que todo el que muere en la Obra tiene la salvación asegurada y sabemos que no es así.
 
7.- A mi la Obra es como un zapato bonito, pero que no tienen de mi número. A quien le guste y sea lo suyo, ¡¡estupendo, le felicito!! Para mi pertenecer a ella como numerario que he sido durante 18 años, no es lo que colme de ansias de felicidad mi corazón y mi vida.
 
Un abrazo
Pentium








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