Perlas de los documentos internos.- Australopitecus
Fecha Wednesday, 29 November 2006
Tema 070. Costumbres y Praxis


Hola:

Hace mucho tiempo no leia los textos del vademecum del consejo local, ni de la instruccion para los directores- que tuve un par de veces entre manos, ya saben los que lo conocen los escasos que son los ejemplares y no recordaba muchas cosas que aparecen alli.

Confieso que me sorprende la manera en que estan redactados, tomando en cuenta de que hace cuatro años no pertenezco a consejo local alguno y que llevo un año largo en libertad de formarme mi propio criterio no me sorprende mi sorpresa. Lo que me llama la atencion es el grado de fanatismo con el que estan escritos esos documentos.

Como habra gente a la que le resultara mas dificil leer esos textos, por aburridos y por pesados, pero que tiene interes en enterarse en cosas de la obra, me tomare el trabajo de extraer textos de los documentos internos de vez en cuando, dando algun comentario que se me ocurra, o simplemente dejando el texto que se "revele" solo.

Lo bueno del asunto es que queda de tarea para gente como la de AOP & co explicarnos el sentido de esos textos y como no considerarlos de una hipocresia descarada. Y para algunos que siguen dentro, espero que les ayude a aclarar ideas y a decidirse a dejar esa doble vida que llevan.

Una advertencia, tratare de dejar los textos con el debido contexto, asi que habitualmente dejare todas las frases y no solo las mas escandalosas, para que no digan que las saco de contexto. Procurare subrayar la parte jugosa de los textos en negrita. [Mis comentarios van entre parentesis cuadrados y en italica, si funciona esto del explorer (es que soy usuario del Firefox)]

Aqui va el primer texto, un clásico ya comentado en ol- por ebe tal vez-, pero que me sorprendio volver a encontrarlo en la nueva version del vademecum de cl (pag 57):

"No hay que extrañarse si, a pesar de todo, surge en alguno la tentación de volver la cara atrás (cfr. Lc 9, 62); porque el demonio, con la complicidad de las debilidades de cada uno, trata de derribar el edificio de la vida interior.

         Con la gracia de Dios, tenemos motivos abundantes para esperar que siempre serán pocos los miembros de la Obra que abandonen su vocación [segun los datos que manejan los mismos que redactan estos textos esto es una flagrante mentira, estadisticas por favor!]; entre otras razones, porque —además de haber comprobado previamente que reúnen condiciones humanas básicas: sinceridad, reciedumbre, espíritu de trabajo, etc, todos piden la admisión con un conocimiento suficiente de las exigencias de la entrega [si como no?]; porque son personas maduras, que ya han superado las posibles crisis espirituales de la adolescencia; porque reciben una formación constante, sincera y abierta, que les ayuda a valorar —en medio de la realidad del mundo— la hondura sobrenatural de su camino; porque cada uno tiene recursos sobrados para desenvolverse social y económicamente [luego cuando lleven años dentro de la obra y no tengan ahorros propios esto no va a ser así]: nadie está en el Opus [59] Dei por conveniencia; porque ninguno se siente nunca coaccionado o forzado humanamente a seguir el camino: su entrega a Dios fue libre, y libre sigue siendo su perseverancia; todos saben que, para salir, la puerta está abierta. [como para transcribir una de esas charlas tetricas del 19 de marzo acá]

         De todos modos, resulta inevitable que algunos se vayan. Es una prueba más del vigor sobrenatural y de la salud de espíritu de la Obra. Como todo cuerpo sano, se resiste a asimilar lo que no le conviene, y expulsa inmediatamente lo que no asimila. Y no sufre por eso: se robustece. [el siguiente parrafo aplica la frase a un caso que no es el unico frecuente, y que pasa con los cientos de numerarios y numerarias que dejan la obra despues de la fidelidad e incluso despues de ordenarse o de pasar por el colegio romano?] En concreto, no puede extrañar —lo contrario no sería normal— que durante el año y medio antes de la Oblación, algunos no sigan adelante. En la gran mayoría de los casos, no constituyen defecciones: se trata simplemente de que los Directores —o el mismo candidato- comprenden con claridad que no están en condiciones de continuar."

Saludos,

Australopitecus









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