Escrivá de Balaguer: Un Santo polémico.- Raul
Fecha Monday, 27 November 2006
Tema 100. Aspectos sociológicos


Escrivá de Balaguer: Un Santo polémico

 

 

Partidario de la dictadura de Franco, aborrecía al comunismo, 'la encarnación del mal'. Durante su visita a Chile, en 1974, no tuvo palabras ni gestos de repudio contra la dictadura militar de Pinochet. Calificado por algunos como un pequeño burgués ambicioso, colérico y vanidoso, será proclamado Santo en agosto próximo, en medio de la controversia que genera su nombre.

 

 

Evelyn Seguel A.

PrimeraLínea, Viernes 29 de Marzo de 2002.

 

Para referirse al fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer, no existen términos medios: se admira o se rechaza. Muy pocas veces produce indiferencia.

Su figura siempre ha estado rodeada de polémica y tiene tanto adeptos como firmes detractores. En febrero de este año nuevamente fue motivo de atención a nivel mundial debido al anuncio que hizo el Vaticano sobre su canonización, programada para el próximo 6 de octubre...



La proclamación como santo del beato español despertó suspicacia debido a la rapidez con que el Vaticano llevó el proceso, además de oposición por los controvertidos hechos que rodearon su vida.

Obsesionado con el comunismo

Josémaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro, España, el 9 de enero de 1902 en el seno de una familia pobre. Según consta en las múltiples biografías escritas sobre él, entró a la preparación para el sacerdocio cuando en España la gente de poblados menores, como el suyo, encontraba en el sacerdocio la única posibilidad para la formación profesional.

En 1925 recibe la ordenación y comienza a ejercer el ministerio en una parroquia rural y luego en Zaragoza.

En 1927 se traslada a Madrid con permiso de su obispo para obtener el doctorado en Derecho. Un año más tarde, en 1928, funda en la capital hispana su polémica obra: el Opus Dei.

Con el estallido de la guerra civil en 1936, el fundador de la Obra -como también se la conoce- se refugió en distintos lugares. De acuerdo con una biografía escrita por Peter Beglar, Escrivá estuvo internado en ésa época como paciente psiquiátrico por cinco meses en un manicomio.

La versión oficial sobre este suceso señala que lo hizo para escapar de la persecución durante la guerra, y que siguió ejerciendo su ministerio sacerdotal clandestinamente hasta que logró salir de Madrid. Sin embargo, un grupo opositor a Escrivá indica que durante ese tiempo el beato permaneció en el hospital para tratar una enfermedad mental.

Incluso afirman que, al ser destruido su apartamento durante la guerra civil, el prelado creó la historia de que vivió en un 'noble palacio'.

Los antecedentes sobre los delirios de grandeza y la vanidad del fundador del Opus Dei señalan que en 1968 habría comprado el titulo nobiliario de “Marqués de Peralta”.

En Madrid, Escrivá de Balaguer cultivó estrechos vínculos con el franquismo. Tanto que de los 19 ministros del noveno gabinete de Franco, 12 eran miembros de la Obra.

El apoyo del beato al dictador Franco era evidente. Incluso llegó a afirmar, en una conversación sostenida con Vladimir Felzmann, ex miembro del Opus, que con la llegada del general al poder, el cristianismo se había salvado del comunismo.

Su obsesión por el marxismo lo llevó a decir “Hitler contra los judíos, Hitler contra los eslavos significaba Hitler contra el comunismo”.

En 1946 fija su residencia en Roma. Obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense y es nombrado consultor de dos Congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor.

Su principal obra: El Opus Dei

El Opus Dei es considerado una verdadera secta dentro del Vaticano debido a sus características particulares. Se pueden distinguir claramente cuatro categorías de miembros. Los numerarios, que pueden ser clérigos o laicos solteros, que se comprometen a la pobreza, la castidad, la obediencia y la vida en común; los asociados, que son aquellos que tienen los mismos compromisos anteriores salvo la vida en común; los supernumerarios, que son los laicos que viven “en el mundo” pero que contribuyen financieramente a la obra; y los cooperadores, que son los simpatizantes, que pueden ser cristianos o no.

Se calcula que actualmente, a nivel mundial, existen aproximadamente unos 80 mil miembros del Opus pertenecientes a los cinco continentes.

Inicialmente la organización poseía sólo el título de “instituto secular” de la Iglesia; sin embargo, el Papa Juan Pablo II, en una muestra más de su simpatía por la Obra, le otorgó en 1982 el cartel de “Prelatura Personal” o Diócesis Flotante.

Este título, que es único dentro de la Iglesia, conlleva a que el Opus Dei sólo deba rendirle cuentas al Papa cada cinco años y tenga la facultad de operar por sobre la autoridad de los obispos locales. Además, no publica informes financieros ni listas de miembros.

La fama de “secta” se la ha granjeado por el hermetismo de sus acciones. Se dice que sus miembros son sometidos a un rito de iniciación secreto en el cual juran lealtad al Prelado General. Ellos deben obedecer a una serie de “normas formativas” e informar semanalmente a un “director” de sus actividades.

La máxima de este grupo es santificar el trabajo diario y buscar a Dios en el trabajo y en la vida. Pese a que sostienen que sólo les interesa el bienestar espiritual de sus miembros, es un hecho que esta “mafia de guante blanco”, como la califican sus críticos, cada día está ganando más terreno.

Yo no hablo con gallinas cluecas

 

Desde la fundación del Opus Dei, Escrivá trabajo para extender la Obra en distintos países del mundo. Chile no fue la excepción, y ya en 1950 envío al sacerdote Adolfo Rodríguez Vidal como su representante.

Pero sin lugar a dudas que el hito más importante lo marcó la visita del beato a nuestro país, en 1974. Allí, en plena dictadura militar de Augusto Pinochet, Escrivá no tuvo ninguna palabra de apoyo para quienes sufrían violaciones a los derechos humanos, ni mucho menos de repudio al régimen dictatorial en circunstancias que el mundo seguía pendiente de los acontecimientos en Chile.

Durante esa visita ocurrieron hechos bastante decidores respecto a la personalidad de Escrivá. Por ejemplo, ante la angustia de una madre que sentía que perdía a sus tres hijos miembros del Opus Dei, el futuro santo le contestó “yo no hablo con gallinas cluecas”.

En el segundo episodio, una mujer humilde, empleada doméstica, se le acercó y le confió que su patrona era injusta y prepotente, ante lo cual Escrivá respondió “cada quien en su lugar. Reza por tu patrona y haz bien tu trabajo”.

Luego, en una conferencia y refiriéndose a la sangre derramada en nuestro país, el fundador del Opus Dei afirmó que “Yo os digo que aquella sangre es necesaria”, según lo relataron los periodistas Franz Vanderschueren y Jaime Rojas.

Josemaría Escrivá de Balaguer murió en Roma el 26 de junio de 1975, jornada en la que se le recuerda en el santoral. Su beatificación, a manos del Papa Juan Pablo II se realizó el 17 de mayo de 1992, apenas 17 años después de muerto y sólo tomando en cuenta para el proceso los antecedentes positivos, lo que comprueba la especial simpatía que siente el Sumo Pontífice por la Obra de Escrivá.
Su beatificación fue decidida por la “milagrosa” curación del médico español Manuel Nevado Rey, quien sufría de una enfermedad a la piel producida por la sobreexposición a los rayos X (otras versiones señalan que padecía un cáncer irreversible).

El poder político del Opus Dei en Chile

En nuestro país, el Opus Dei tiene diversas y poderosas áreas de influencia que abarcan el ámbito político, el académico, los medios de comunicación y el sector empresarial.

El académico se concentra en la Universidad de Los Andes, en la cual “la Prelatura del Opus Dei es garante moral de la formación cristiana que se ofrece a todos quienes integran la universidad y proporciona atención espiritual a los que libremente la solicitan”.

Asimismo, cuenta con el apoyo de poderosos empresarios como Ricardo Claro, Eleodoro Matte, Bruno Phillipi Irarrázabal, Carlos Cáceres, Fernando Léniz y Eduardo Arraigada, entre otros, además de diversos grupos económicos como Endesa, Claro, Matte, Cruzat y Enersis.

El líder de la Alianza por Chile, Joaquín Lavín, es un reconocido miembro del Opus Dei. Incluso en enero de este año el alcalde viajó al Congreso de la Obra que se celebró en Roma para conmemorar el centenario del nacimiento de Escrivá de Balaguer.







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