El Opus Dei, a través del último número de ‘Romana’, su especie de boletín diocesano, ha descubierto que Álvaro Domecq Díez y Alfonso Zunzunegui Redonet pertenecieron a los fieles de la prelatura hasta su muerte, aunque no se hace una alabanza como corresponde a unas personas que tuvieron un puesto destacado en sus respectivas actividades profesionales. Los dos figuran en una larga lista, sin que se les haya destacado como merecían. A los que sí se destaca es a Rafael Termes, (ex presidente de la Asociación Española de la Banca y dirigente del Banco Popular), Amadeo de Fuenmayor (uno de los que tuvieron más destacada actuación en la aprobación jurídica de la prelatura), Andrés Vázquez de Prada (autor de una biografía del fundador, dura de leer), la periodista Mirufa (María Josefa) Zuloaga, Diego Gómez Mena (profesor de la Universidad de Navarra), el obispo dimisionario de Leiría, monseñor Alberto Cosme Do Amaral, y otros nada conocidos exteriormente...
Cuando te incorporas al Opus Dei, una de las primeras cosas que te dicen sus responsables es que hay que ‘llevar a Cristo a la cumbre de todas las actividades humanas’. Álvaro Domecq Díez era cabeza de una dinastía de rejoneadores, uno de los principales ganaderos de reses bravas de España y tenía gran influencia en el mundo taurino. Estaba en ese nivel máximo que se invita a los de la Obra.
Álvaro Domecq Díez, fallecido en 2005 a la edad de 88 años, dirigía la ganadería de ‘Torrestrella’, una de las que más vueltas al ruedo se han dado a sus toros cuando morían. A cinco toros, cuando iban a ser sacrificados por el matador, se les perdonó la vida. Algunos de ellos fueron luego sementales. Era alcalde honorario y perpetuo de Jerez. Fue rejoneador que resucitó este tipo de toreo entre 1942 y 1949. Lo dicen los expertos. Pero además el Opus Dei debe a Álvaro Domecq Díez sus gestiones para la adquisición de la finca “Pozoalbero”, casa de retiros de la prelatura, cercana a Jerez de la Frontera, donde su fundador, San Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, celebró algunas de sus principales tertulias en sus ‘Dos meses de catequesis” en octubre y noviembre de 1972, casi dos años y medio antes de su muerte. Además era un hombre muy apostólico que intentó que algunas de las principales figuras del toreo, como el maestro Antonio Ordóñez, se acercaran a la Obra. Una fotografía reproducida en la revista interna “Crónica” lo confirma.
Alfonso Zunzunegui Redonet fue fundador en 1951 de “Alas”, la primera empresa española de publicidad, y en 1962 de la ‘Red de Publicidad Exterior’, así como primer presidente electo de la Junta Central de Publicidad. Presidió la Asociación de Medios Publicitarios de España y la Asociación Española de Publicidad Exterior. Había sido distinguido con numerosas condecoraciones.
¿Por qué el Opus Dei no ha destacado suficientemente a Álvaro Domecq Díez y Alfonso Zunzunegui Redonet? En su día hizo lo mismo con el escritor, dramaturgo y académico de la Lengua José María Pemán, que incluso nos enteramos por una biografía suya que se anunciaba como que había pertenecido a la prelatura en sus últimos años. La claridad de la que presume la institución fundada por San Josemaría no queda en muy buen lugar.
Por otra parte, ahora nos enteramos a la muerte de monseñor Alberto Cosme do Amaral, obispo dimisionario de Leiria (Portugal), donde está el Santuario de Fátima, que se incorporó a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz como agregado en 1954 y fue el primero de este país. Ahora, a través de ‘Romana’, nos enteramos que, por sugerencia suya, Juan Pablo II la pasó a denominar de Leiria-Fátima. También le correspondió el honor de recibir la bala del atentado contra el Papa de 13 de mayo de 1981, que hoy se encuentra en una corona de la Virgen de Fátima.
NACHO FERNANDEZ
