Sobre la hija de Carmen Bermúdez.- Merlos
Fecha Monday, 20 November 2006
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Querida Carmen y Agustina:


Aunque hace tiempo que no escribo, no quiere decir esto que no lea a menudo la página. El testimonio de Carmen Bermúdez [ver nota de Agustina tras el correo de Merchelo], que más que un testimonio es un problema en presente, y que me parece de una gravedad extrema, me ha conmovido especialmente. Y lo ha hecho porque yo, y seguro que entre los que aquí escribimos habrá alguno igual, he sido ese numerario persecutor y acosador, frío con las familias o a vece sno tanto, si eso convenía. En fin, que relatos como el de Carmen me hacen revivir la maldad que personalmente acepté, pero que sin duda la acepté porque alguien previamente me la ofertó y me la presentó como buena. Asumo mi culpa, pero no eximo de la suya a la Institución.

Hecho este comentario, voy a lo que interesa. La carta no la va a poder reclamar Carmen, puesto que su hija aun siendo menor, posee unos derechos fundamentales inalienables, por muy menor que se sea, tal cual es el secreto de las comunicaciones. Cosa distinta sería que la hija de Carmen quisiera reclamarla. Personalmente pienso que por muy "familia" que sea la Obra, no en vano goza de un nivel de burocratización que permitiría perfectamente entregar copia registrada como mínimo de la solicitud de admisión de quien aspira a pertenecer a la Prelatura. No hay que olvidar que quien pertenece a la Prelatura, depende de ella en cuanto a sus fines se refiere, si hablamos de los Laicos (¿o no es así? no vaya a ser que como ya hemos mantenido muchos, los laicos no pertenecen canónicamente a la Prelatura, y ese es el motivo de no entregar documentación alguna). Sería incluso un bonito recuerdo para conservar el tener copia de la carta que envias al Padre para pedirle la Admisión. En fin que si no dan copia es porque no quieren, y si no quieren es porque no les interesa. Ahora bien, si esa Carta que se niegan a entregar a Carmen formara parte de una investigación Judicial por delito, sí podría ser reclamada judicialmente.

Lo que Carmen podría proponer a su hija, es acudir a un Notario y que su hija diga si con la carta que ella escribió le aseguraron que pertenecía a la Obra, siquiera de facto. Puesto que ello podría emplearse ante la Autoridad Eclesiástica (Que si no me equivoco sería el Tribunal Eclesiástioco de la propia Prelatura).

Igualmente, y visto el miedo que la OPus le tiene a la prensa, sobre todo a la mala prensa,  no dejaría de enviar cartas al director, o incluso notas a programas de radio y TV.

El problema es que la hija casi es mayor de edad y el Opus aún no ha metido demasiado la zarpa.


Un fuerte abrazo y ánimo.

Merlos









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