Queridos E.B.E., Tornasol y tod@s:

He de confesaros -sin segundas intenciones-, que no pensaba que fuerais a publicar mi escrito que, por cierto, hice con la mejor de mis intenciones y sin querer ofenderos a ninguno.

Que desde luego tenéis toda la razón en muchas cosas que pueden no hacerse del todo bien y que es dura la indiferencia y por supuesto el rencor. Estoy totalmente de acuerdo también con que la libertad es un don de Dios y que no es exclusivo de nadie.

Además quiero que sepáis que esto es una cosa personal mía y que si me metí en vuestra página fue porque un amigo mío, que no es del Opus, me preguntó por ella. Por lo que me puse a leer y a comprobar todo lo que ha sufrido tanta gente.

Me parece una labor fenomenal de ayuda a todos ell@s lo que estáis haciendo con la página, pero me da mucha pena que no seáis un poco más objetivos y que se hable tan mal, aunque sin nombres, de tanta gente que lo único que quiere es ayudar a los demás a que busquen lo mejor para sus vidas. –Aunque penséis lo contrario-.

Es verdad que todos somos débiles y nos cuesta hacer las cosas muchas veces, pero esto le pasa a todo el mundo en su matrimonio, en su trabajo, con sus amistades, o ¿alguien puede decir que nunca ha discutido aunque sea por una tontería?

No os preocupéis que ya no os molesto más y no volveré a escribiros, a no ser que alguien me lo pida. Pero quiero que sepáis, por alusiones, que soy muy feliz en el Opus Dei y que si dejara de serlo sería porque yo quisiera, que me gustaría conoceros personalmente y que nunca me he enfadado con nadie que dejara la Obra.

Por cierto y para terminar, siempre he leído los libros que me ha apetecido, he ido al cine cuando he querido, he asistido a todas las celebraciones familiares y de mis amigos; bodas, comuniones, bautizos, etc. Y he estado con ellos cuando me ha parecido.

Un abrazo para tod@s y os animo para que encontréis la felicidad donde queráis y con quien queráis.

Cuatropes