Respuesta al correo de Adriana.- Isabel Nath
Fecha Monday, 13 November 2006
Tema 140. Sobre esta web


Hola a todos,

En respuesta al correo que Adriana Negrón tuvo a bien mandarnos hace unos días, quiero compartir con vosotros lo siguiente:

Hace ahora casi dos años estuve en Valencia y mi hermano y mi cuñada me hablaron de una Web que hablaba del Opus Dei. En ella escribían personas que habían pertenecido a la institución y habían salido. "Cuentan cada cosa....", me decían. Cuando volví a Delhi a finales de diciembre entre en esa Web, por curiosidad. Esa Web que era ésta, claro...



Yo pertenecí al OD durante cinco años y medio, desde los 15 a los 20. Años importantes en el desarrollo afectivo, emocional, y psicológico de una persona. Pero gracias a Dios fueron solo cinco, así que con 20 primaveras estaba otra vez en el mundo mundial. Sufrí dentro y sufrí al salir, a pesar de que me tiraron sin más explicaciones que "las directoras piensan que no tienes vocación al OD...". Es decir, que no batallé para salir, que no me deterioré lentamente, que no me sumí en una depresión,... Que tuve suerte, en resumen. Al salir entré sin pretenderlo en un mundo que nada tenía que ver con el OD, y eso me ayudó mucho en la recuperación. Después de casi veinte años fuera, mi paso por el OD me parecía (y me parece) una experiencia mas de mi vida, ciertamente no agradable, pero de la que me esforcé por quedarme con lo que valía la pena y el resto lo dejé ir. O sea, que no me parecía que yo 'necesitase' la Web para nada.

Empecé a colaborar dando mi opinión acerca de cosas que escribían otros, y sin darme cuenta me metí de lleno. Leí lo indecible. Leí cosas que yo había vivido calcadas; cosas que me parecían muy plausibles desde mi experiencia dentro a pesar de que yo no las había vivido; cosas que explicaban circunstancias o situaciones que yo o algunos amigos míos habíamos vivido durante nuestra pertenencia a la Prelatura. Leí testimonios que rezumaban sufrimiento, dolor del alma, ganas de vivir, de volver a vivir. Me di cuenta de que la mayoría buscaba solamente una Oreja que les escuchase, una palabra de consuelo, un 'estamos contigo', 'no eres el único', 'ánimo'. Y pensé que quizás mi experiencia lejana en el tiempo y superada en el alma podría ayudarles. Seguí escribiendo.

Escribir en esta Web o en cualquier otra, es algo que lleva bastante tiempo. Aunque solo narres tu experiencia tienes que ordenar ideas, tienes que expresarlas correctamente, tienes que releerlo por si estás molestando a alguien innecesariamente, etc. No quiero ni pensar el tiempo que deben llevar los escritos de Oráculo, de Trinity, de Doserra, o de Ana Azanza, por mencionar a algunos. Y ninguno de los aquí presentes vivimos de ésto (por si a alguien le cabe la duda...). Tenemos gracias a Dios nuestras familias, nuestros trabajos, nuestras aficiones, nuestros amigos. Y nuestro sueño por las noches. Y a todos ellos (incluído el sueño) les quitamos minutos aquí y allí para tender una mano al que la necesite, incluso al que necesite ir a una comisaría a poner una denuncia por acoso, por violar el derecho a la confidencialidad en la correspondencia, por engañar a un menor para que tome decisiones que le condicionarán la vida a escondidas de sus padres, etc.

Detrás de todos nosotros, dedicando más tiempo que nadie, está Agustina. Más tiempo, y más fuerza, y más cariño, y más ganas, y más cansancio, y menos sueño. Es muy fácil abrir la Web los lunes, miércoles, y viernes a las 21:00 hora de Madrid y leer lo que aparece de nuevo. Pero antes hay que leerse todos los correos y colgarlos en la Web, hay que escanear libros y documentos internos, hay que... Hay que aguantar cartas como la de Adriana y tener el coraje de publicarlas. Por todo ello, cada uno de los que leemos esta Web le estamos (o deberiamos estarle, pienso) agradecidos de por vida a Agustina. Incluso tú, Adriana, y todos tus hermanos en el OD, muchos de los cuales entraron soltando por su teclado sapos y culebras como tú, y hoy, más tranquilos al salir, forman parte de esta Web.

Yo no voy a calificarte de ninguna forma, no me voy a enfadar, ni te voy a replicar punto por punto a las acusaciones que haces a Agustina, y en ella a todos los que formamos parte de esta Web. Antes lo hacía, pero ahora me pillas cansada y mayor, la verdad. He aprendido que la mejor forma de taparos la boca es no haceros demasiado caso. Cuando alguien manda un correo incendiario como el tuyo y desde aquí se le contesta de forma igualmente incendiaria, los ánimos se caldean y nos pasamos ni sé el tiempo dándole vueltas al tema, ninguneando otros correos mucho más trascendentes y que nos interesan y nos enriquecen más. Como dice EBE dan ganas de poner vuestros correos envenenados en la carpeta spam, pero pienso que eso sería un error por nuestra parte, porque nos dirían que les censuramos igual que ellos hacen con nosotros, EBE. Y nosotros no somos así. Propongo que nos limitemos a ignorarlos.

Te cuento Adriana, para acabar, que yo que pensaba que no necesitaba la Web, he conocido a través de ella a parsonas extraordinarias a los que hoy puedo llamar amigos; he leído artículos no directamente relacionados con el OD escritos por gente que saben mucho del tema, y he aprendido un montón y quiero pensar que me ayudan a ser mejor como persona; he compartido alegrías y penas con muchos otros, que me han enseñado lo que es tener coraje, lo que es perdonar, lo que es querer. O al menos nuevas facetas del coraje, del perdón, y del querer. Me he reído a carcajadas con los escritos de algunos, y he llorado lágrimas desconsoladas con los de otros. Como comentaba hace poco con una amiga de la Web, he aprendido a ser más compasiva, que me parece una cosa importante en el proceso de madurez de cualquier persona (en el que me encuentro inmersa...). Si quieres un resumen: he aprendido tanto...!. Y eso que a mí el tema OD me daba igual, imagínate los que necesitaban ayuda en ese tema, que es el tema principal de la Web... Bueno pues todo eso de alguna forma se lo debemos a Agustina, porque por mucho que la gente escriba, sin coordinación y actualización, no hay Web.

Agustina, igual yo también me he quedado corta en halagos, es que no quería caer en el sentimentalismo, pero tú sabes cuánto te aprecio y cuánto valoro lo que haces y lo que has hecho (porque ahora que somos muchos parece fácil, pero los principios seguro que no fueron iguales...). Cuando te canses, no dudes en apoyarte.

Adriana, yo confío de corazón en que el Espíritu Santo moverá las alas especialmente fuerte cuando pase por tu centro, para que le oigas bien. Pero tú sé buena, y deja la ventana abierta, anda...

Con cariño,

Isabel Nath







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