La oración mental.- Amandus
Fecha Friday, 10 November 2006
Tema 010. Testimonios


Hace tiempo que quería responder al requerimiento de Max sobre las interminables horas de rezos sin sentido que, en mi caso, me coparon tantos años y tanta energía.

Permitidme, antes, agradecer infinitamente a Agustina (la de Aragón se queda a años luz de ti), Antrax, Supo, Jacinta, a ese regalo del cielo llamado satur, a tant@s del chat que me habéis mostrado vuestro cariño y apoyo,  y a tod@s los hombres y mujeres de buena fe que visitáis esta página por vuestros comentarios, escritos y calidad humana. Espero no dejarme a nadie en el tintero.

Nunca supe ni entendí eso de la "oración mental". No me sirve el punto de Camino: "Señor, que no sé,..." Y después ¿Qué? me preguntaba yo. Me pasaba horas y horas repitiendo jaculatorias, leyendo crónicas, mirando fotos, cabeceando, escribiendo no sé sabe qué, preparando la charla (la antigua "confidencia" constituía para mí una auténtica tortura china, supongo que idem de idem para quienes me tenían que escuchar siempre lo mismo) o mirando quien entraba en el oratorio y/o se iba.

En una ocasión me comentaron que "ese caer en la cuenta": un propósito, un plan apostólico (Dios mío, qué pesadilla, todavía sueño con el dire con su dedo amenazador peguntándome por el PAD - el plan apostólico diario-),... eran mociones divinas y era así cómo Dios me hablaba.

Vaya por delante mi respeto para quienes encuentran paz, sosiego y amor en una iglesia, delante del Sagrario, en una mezquita, sinagoga, templo budista o en medio del campo. Creo en la relajación, en la meditación y en todo aquello que beneficia a los humanos y nuestro lado espiritual (el espíritu es algo diferente y mucho más amplio que la adscripción a una determinada religión). Habrá quien, como Spinoza, diga "todo es Dios". Siempre me pareció curioso e interesante este señor cuyos escritos, como tantos otros, están anatematizados.

Hoy día me gusta entrar en las iglesias, encender una vela por mi hermano u otros seres queridos pero... la verdad, no rezo na de na. Me decía el bueno de Alatrixte que la fe no se pierde nunca y, sin duda, algo debe de quedar,.... pero.... !estoy tan lejos de todo lo que huela a od! Releía el escrito de Carmen Charo y, realmente, te entiendo e maravilla. Yo mismo me he planteado hacer apostasía pero.... !es tan complicado! Ya se sabe, el bautismo -nos enseñaron- imprime carácter- y la pertenencia a la iglesia católica es algo así como la raza, la fisionomía o la nacionalidad. Hay que apechugar con ello para lo bueno y para lo regular.

And, me gustaría comentar algo respecto a las soluciones, me remito a lo que ya ha escrito alguien impecablemente. Las soluciones vienen cuando se demuestra que hay un conflicto o problema siempre que se quiera aceptar que éste existe. En nuestro caso, la "otra parte"sigue mirándose el ombligo cual Narciso, esperando tal vez acabar como acabó el pobre infeliz, ahogado cuando quiso abrazar su imagen reflejada en el estanque.

Continuará.

Amandus









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