Querido Jacinto.- Amigo
Fecha Wednesday, 08 November 2006
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Querido Jacinto:

 

¡Torero, torero, torero!

 

Supongo que mucha gente se sentirá aliviada por tu texto "Las prácticas religiosas de quienes perdieron la fe", y otros -sin dejar de sentir un gran consuelo-, pedirán más garantías sobre la verdad de esas novedades que anuncias. La dificultad que puedan encontrar estos últimos en aceptar la ‘buena nueva’ se fundamentará en que sus estructuras culturales y sociales (que no intelectuales) no le permiten terminar de creerse que uno puede ser un poeta, un sensible, y seguir tomando como si nada el aperitivo de los domingos con quienes acaban de salir de misa de doce, cuando uno ya no va a esas reuniones religiosas y, especialmente, cuando uno se ha pasado más de 27 años asistiendo todos los días (no es mi caso). Ser un poeta no es nada cómodo desde la mirada de una parte de la sociedad,  de la reducida sociedad en la uno vive - aunque desde luego es más fácil de llevar que a principios del siglo XX...



Quizá parte de las dificultades que atribuyo en algunos conocidos para sentirse cómodos en su nuevo modo de autocomprenderse y relacionarse con Dios, es que su cultura religiosa se aprendió bajo paradigmas de estructuras muy elaboradas y cerradas, en las que la religión –en este caso la católica con su atrofiante moral y dogmática-, era parte sustancial de la sociedad en la que nació. Recuerdo que en el precioso artículo que escribiste sobre Antonio Ruiz-Retegui traías al presente palabras que le dijiste hace ya muchos años, y que creo sirven también para aplicarlas a los modelos culturales: “¡Qué pena que las cosas interesantes que tienes que decir vayas a fundamentarlas en la metafísica moderna, en el sujeto trascendental y en la noción de naturaleza! Al hacer eso, lo interesante queda sepultado por un lastre de conceptos que impiden percibir lo vivo”. (...) Si Antonio hubiera conocido la fenomenología, que es la corriente filosófica con la que  se inicia el siglo XX y la que abre los cauces para el existencialismo primero y para la hermenéutica existencial después, hubiera disfrutado de las mejores herramientas para dar expresión adecuada a su vida personal e intelectual.

 

Hay muchas personas que en lo cultural utilizan herramientas que están anquilosadas, enmohecidas, pero no pueden hacer nada para evitarlo porque así les parió su madre, y esto dificulta enormemente que retomen de nuevo su vida en este aspecto, porque esto significaría que tendrían que desmontar la cultura en la que ha sido pensados, y esto no es fácil (véase el ejemplo que has puesto sobre cómo encajar la vida sexual según las vivencias  del siglo XXI y sin sentirse rechazado por la Iglesia). Es más, es ésa cultura la que les utiliza sin que sepan defenderse de ella. Conocí no hace mucho tiempo una persona que todavía utilizaba la regla de cálculo en vez de la hoja Excel para solucionar sus problemas matemáticos ..., que viene a ser como acudir a la confesión sacramental porque ha visto a un pedazo de mujer en mangas de escapulario en la playa..., es demencial. Las personas que son esclavas de su cultura habitualmente no saben de su atadura, como tampoco saben que la religión no es una moral, o que su inteligencia está casi siempre presa de la moral, que como se sabe es la atadura más perversa que pueda darse. Son personas que sufren mucho y esto es un desastre.

 

Posiblemente estos que viven bajo el sortilegio de la cultura católica tradicional, es decir, los que todavía no se han enterado de que hasta el Vaticano II está muy demodé, necesitan que sea la propia autoridad católica quien declare que ahora la subjetividad de la propia conciencia es la manera más objetiva de enjuiciarse uno así mismo. Es curioso este razonamiento pues se suplica a quien creó el problema que lo solucione el mismo. Un problema engendrado en dieciocho siglos quieren que deje de molestar mediante una declaración papal. Las personas que así piensan necesitan a veces sustituir o simplificar la religión que, a mi entender, se utiliza para que mediante sus normas y sistemas, nos ahorre el trabajo de pensarnos. Y hay cosas que no se pueden delegar.

 

Me gustaría que explicitarás más tu afirmación sobre que están comenzando a cambiar estas cosas con el inicio del pontificado de Benedicto XVI. No dudo de que sea verdadero lo que afirmas, solo me gustaría que abundarás más en la figura del nuevo Papa en este sentido. No sé en dónde leí que Benedicto había afirmado que las religiones no siempre tienen algo que ver con Dios.

 

Sin ánimo de despertar a Oráculo de su silencio en la web, insisto en que la Iglesia debería darse más prisa en desmontar los viejos ritos y dar carta de naturaleza práctica a toda la sabiduría que tu y otros más dictáis desde vuestra inteligencia y generosidad en esta pequeña parte del mundo llamado opuslibros. Sabemos que Orejas es un escaparate que hace un bien inmenso, pues vemos desde esta parte del cristal las prendas que sirven para cubrirnos mejor. Pero tu y otros sois los modistos, los que nos dicen cómo nos sentiremos más cubiertos, más cálidos o frescos, más elegantes a la luz de la vida, de la temporada que nos ha tocado vivir. Por este y otros muchos motivos algún día muy cercano habría que hacerte un homenaje, un homenaje de los buenos para que los que nos sigan sepan quienes fueron nuestros maestros.

 

Amigo







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