Hola a todos,
Acabo de leer este lunes, en los pocos minutos que tengo después del trabajo, la carta de “Emeve”. También pude leer la carta de “Spiderman” del viernes pasado. Ambas contestando mi carta anterior, sobre las clases de caminos que siguen los que dejan de ser miembros del Opus Dei (en adelante OD).
Cortesía obliga a atender primero a las damas. “Emevé” siento que te haya molestado mi carta. Me extrañó tanto lo que dices que volví a releerla con detenimiento. Sinceramente, no he encontrado nada que pueda molestar a nadie por más que la releo.
Me he limitado a dar una tipología de caminos o recorridos posteriores de las personas que salieron de la OD. Es bastante general y somera, meramente descriptiva sin buscar la precisión. Se puede matizar mucho más y hasta ampliarla. Sospecho que podría ser válida para cualquier otra institución -religiosa, secular, asociativa laical...- de la Iglesia, y en algún apartado también para cualquier católico no asociado a nada que deje de “practicar” su religión.
Recuerdo al embajador español Puente Ojea, ex-miembro de Acción Católica que luego se declaró públicamente ateo y hasta escribió algun libro al respecto. Habiendose declarado ateo lo nombraron Embajador ante la Santa Sede ¡puedes imaginarte el impacto en el Vaticano!
Para esa clasificación de “caminos” de mi carta anterior me he basado en los testimonios de esta página web; también en mi experiencia personal, y en la de conocidos y amigos que dejaron ser del OD. Como ya dije no es muy precisa, pero ya que en esta página ha habido algunas estadisticas de participación, también podría ser interesante realizar alguna sobre los caminos que siguieron quienes participaron libremente en esta página y son ex-miembros.
Max se incluía el pasado viernes dentro del tipo 1 b)... hoy lunes alguien aclara que es ex-san rafael...y no ex-miembro. También este lunes, Angel, nos revela su trayectoria personal respecto a la Iglesia en los últimos 30 años, tras dejar el OD. Otros han dejado testimonios parecidos o distintos.
Dichas trayectorias son siempre personales. Cada uno es responsable de sus decisiones, en cualquier circunstancia. También se es libre de contarlo o no. ¿Qué hay de malo en distinguir los diversos caminos que las personas libremente pueden seguir tras dejar el OD? ¿Es que había algo malo en contar lo que se hizo tras dejar el OD? Creo que no, por tanto, no pretenderás que esté “mal” que alguien “agrupe” en tipos las diversas trayectorias posteriores a la salida del OD.
Es que si afirmas eso... te estás cargando las carreras de Ciencias Políticas y Sociología entre otras (también Historia y parte de Económicas...) ¡Pues no hay asignaturas que tratan de los grupos sociales en ellas!¡Cómo para decir que los que las estudian -o enseñan- son “pretenciosos” y que “clasifican como especímenes de laboratorio” a las personas!¡Venga ya!
Por mi parte, te diré que yo no odio a nadie, ni a ningún grupo. Se debe intentar no odiar ni a los que te hayan hecho algún mal. Esto es díficil, sin duda. Debe de ser aquello de lo del “amor al enemigo” de Jesús, bastante complicado de conseguir.
Cambiando de tema, agradezco a “spiderman” su carta, pues me da una opinión sincera y educada, da buenas ideas y me aclara lo que yo expuse en la mía. Me ha hecho reflexionar... ¿porqué las personas entran en la OD y porqué lo dejan? Spiderman pone de manifiesto la falta de información sobre lo que es la Iglesia. Añado y sobre lo que es la OD, creo que tener claro lo que es la OD antes de entrar es importante, y para ello es básico saber los diversos tipos de “caminos vocacionales” en la Iglesia. Por esa falta de información, es porque la gente entra sin saber en qué, y luego se vá -con más o menos heridas- o a otra institución o a otro camino personal.
También coincido con Isabel Nath cuando apuntó a que en la OD no enseñan a hacer oración, y estoy totalmente de acuerdo con ella. No sólo es que no enseñen oración, aparte de algunos conceptos generales o comunes; uno se acerca al OD sin saber si tiene vocación o no (o hasta que es eso de “vocación”).
Pero ya se encargan ellos de decirte que la tienes. Consecuencia, te puedes pasar lustros sin saber si la tienes o no, con la “duda metódica” hasta la médula. Y un día te dirán, pues no, caramba, pues no tenías...
La verdad es que la decisión de “entrar” debe ser conociendo muy bien en que te metes... sabiendo lo que es. No vaya a ser que uno tenga “vocación laical” y no “vocación consagrada” y se meta en algo que estructuralmente -”normas y costumbres”- corresponde a una vocación “consagrada secular” cuando en su alma, Dios le infundió una vocación “laical secular” (sea asociativa o no).
Las consecuencias pueden ser dolorosas, por el empeño de amoldarse a algo que no responde a tu vocación personal. Uno creyendo que eso es la voluntad de Dios para tí, ellos insistiendo que tienes la gracia de la vocación... y con los años, que no funciona esto. Que algo falla. A medio o largo plazo, no funcionas en dicha institución y ... acabas yendote. Porque no respondes a sus expectativas -o a las tuyas propias respecto a ella-.
Todo esto no implica que Dios no te ame. Te Ama. Siempre te ama y espera tu amor. Sólo que te lo pedía en otro sitio y no en “aquel” concreto. Y por confusión te metiste en un camino que no era el tuyo e insististe en él. Y Él que permite tu libertad, también permitió tu error (como los aciertos de tu vida).
Por tanto, el dolor de esa etapa no debe llevar nunca al “odio”a la institución, la Iglesia o a Dios. Debemos dejar que el tiempo lo cure todo, y no apartarnos nunca de Dios. Y si uno se aparta de Él, volver... al camino personal de amistad con Dios, el que le correspondia en verdad. No el del “molde único” que le propusieron. Como apunta “spiderman” lo de ser “cooperador” o irse a otra “asociación laical” o “ir por libre” dependerá... de la experiencia y de la pasta de que esté uno hecho.
Saludos, Daniel M.
