El espíritu del Opus Dei excluye tener liturgia propia.- Trinity
Fecha Wednesday, 25 October 2006
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


En relación al escrito de Inocencio sobre la postura que tomará el Prelado del Opus Dei en relación a la decisión de Benedicto XVI de permitir el Misal de san Pío V en determinadas circunstancias, deseo hacer algunos comentarios:

  1. Considero que no cabe equiparar la fidelidad al espíritu del Opus Dei con la fidelidad a los gustos de su Fundador. Como éste enseñó siempre, pertenece al espíritu de la Obra no tener liturgia propia. Y, por eso, él aceptó, en línea de principio, la nueva liturgia, y ocultó su dificultad para adaptarse a ella. Cuestión distinta sería valorar el nivel de congruencia con que hizo que, en la práctica, el Opus Dei viviera en esta materia el espíritu que predicó.
  2. En consecuencia, sería una infidelidad al espíritu proclamado por el Fundador promover singularidades litúrgicas en la pastoral de la prelatura: justo lo contrario de lo que parece dar a entender Inocencio. Y, puesto que parece que el Motu Proprio que previsiblemente publicará el Papa permitirá celebrar según el antiguo misal sólo de modo “extraordinario” -cumpliendo determinadas condiciones, como ya ocurre con otros ritos, como el bizantino, el mozárabe o el sirio-antioqueno-, no tendría sentido que el Opus Dei, que carece de rito propio, se acogiera a esta opción extraordinaria.
  3. Por tanto, no se trata de que sea la tónica de estos últimos años lo que permita prever que el Opus Dei optará por no volver al rito tridentino, como señala Inocencio; sino de que el Opus Dei tiene que atenerse a lo que mande la Iglesia porque no tiene competencias en materia litúrgica: cuestión que ha quedado aún más clara al ser erigido en prelatura personal. Las autoridades de la Obra tienen que limitarse a intimar el cumplimiento de lo que mande la Iglesia en materia litúrgica, no a establecer particularidades propias de los cristianos no corrientes.
  4. Objetaría finalmente a Inocencio que, después de que la Santa Sede ha aprovechado las experiencias litúrgicas –positivas y negativas- de los últimos 40 años para cambiar algunos aspectos de la renovación litúrgica del Vaticano II, que le ha parecido conveniente rectificar, me parece inadecuado seguir valorando esa reforma por sus aspectos controvertidos, que ya han sido mayoritariamente corregidos por la Sede Apostólica: los abusos que actualmente se producen en materia litúrgica ya no pueden ampararse en la reforma del último concilio, sino que proceden del rechazo de la renovación concreta que éste ha promovido.

 

                                                     Trinity









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