Tres tristes días.- Amandus
Fecha Monday, 23 October 2006
Tema 010. Testimonios


Voy a escribir con el corazón sin pensar mucho ("ex abundantia cordis os loquitur", se puede dar la vuelta a todo lo aprendido. "de la abundancia del corazón, habla la boca). Apostillo esto último porque pensar y sentir son dos verbos de alto y claro significado y que me temo que nunca aprendimos a conjugar en el od.

Voy al grano. El pasado jueves por la mañana me despertó mi hermano diciendo que mi otro hermano (al cual siempre he estado muy unido), había fallecido de un súbito infarto, solito, a sus 48 años en el mejor momento de su vida afectiva y profesional.

El también fue uno de los miles (¿me quedo corto?) de damnificados por causa de la secta. En plena adolescencia, todos sus mejores amigos pitaron (varios son curas) y él no (nunca supe el porqué); en consecuencia, se quedó más solo que la una. Como suele suceder, en cuanto una persona no es rentable económica o apostólicamente, deja de existir para el od (ejemplo: tantos y tantas de esta web, algunos miembros de mi familia, yo mismo). Es decir eso de que "de cien almas nos interesan las cien" no se lo cree ni san chema en uno de sus "delirius tremens".

¿Dónde está la voz del od ante tantas guerras, calamidades, hambrunas, países de religión no católica y un larguísimo etcétera?

Continúo con mi relato. A mi querido hermano, este abandono le marcó significativamente dado su carácter introvertido y sus enormes inteligencia y corazón.

El día de la incineración no vino nadie de la prelatura (tal vez alguien a título individual pero tengo mis dudas) ni nos llamó nadie (a excepción de una o dos llamadas a mi santa madre, super, de la que también pasan olímpicamente, a sus 81 trabajados y sufridos años).

No hay mal que por bien no venga, dicen. Mi familia -bastante descompuesta por culpa del od- permanece unida ahora. Me he reencontrado con primos y amigos que no veía hace décadas).

Mi hermano se encontraba en el mejor momento de su vida, feliz, con alguien que le quería y lleno de vitalidad y proyectos pero... le falló el corazón.

Amandus

 

Soneto Autobigráfico

Supongo que a mi hermano, q.e.p.d, no le importará que publique este soneto de sus tiempos universitarios en Pamplona.Va por él y va por ustedes.

A UN COLEGIAL DE LA TORRE

Esta es la información, éste el proceso del hombre que ha de ser canonizado,

en quien, si advierte el mundo algún pecado admiró penitencia con exceso.

Sufrió prisión del Opus y otras penas, a la Torre y a la Uni condenado.

Vivió bajo el poder de un ordenado, padeció romerías por docenas.

Aguantó charlas, misas y oración, censura de revistas y de armario,

tertulias, círculos y confesión, látigo, y cilicio cual presidiario.

Y su milagro fue en tal situación esquivar convertirse en numerario.









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