Preocupada por una amiga.- Ana
Fecha Monday, 23 October 2006
Tema 050. Proselitismo, vocación


Hola a todos:

Os leo desde hace algún tiempo. Os encontré buscando en Internet información sobre el (¿o la?) Opus Dei. Estaba muy preocupada por mi mejor amiga quien, cuando terminamos la carrera, nos comunicó a amigos y familia que se había hecho numeraria. Sus padres (que, de hecho, fueron los que la acercaron a los clubes desde pequeña) estaban disgustados porque ella nunca había comentado nada al respecto, pero sus dos amigas más cercanas, a pesar de lo que pudiéramos opinar, no pudimos más que apoyarla e intentar aliviarla de la opresión que evidentemente su secreto le provocaba desde hace tiempo.

Leyendo vuestros testimonios todo encaja: así funciona. Pitas, pero te hacen llevarlo todo en silencio hasta que terminas la carrera. Entonces, de sopetón, cuando ya no hay vuelta atrás, dices en casa: "Me voy".

Yo soy agnóstica perdida, y no digo atea porque no puedo negar lo que desconozco. No soy totalmente ajena al Opus porque esta misma amiga me ha abierto las puertas del "club" donde vivía. He acudido a charlas, he colaborado con obras benéficas, he pasado horas y horas estudiando allí (con parada a las doce para rezar el Angelus), he merendado e incluso comido en familia... Vamos, que he entrevisto cómo funciona la cosa puertas adentro.

Leyéndoos he entendido mejor el juego: Mi amiga sabía y sabe de sobra lo que yo pienso al respecto de las religiones y de Dios, porque hemos charlado sobre ello largo y tendido muchas veces. Además la nuestra era y es una amistad sincera que dura desde 1993, año en que empezamos juntas la carrera.

Lo que quiero decir es que, aunque así pudiera parecerlo, ella no andaba tras de mí sólo para ver si yo pitaba. Lo que sí creo es que me utilizó (con mi tácito consentimiento) para, ante su directora y compañeras, cubrir su cupo de pitables y sus labores de difusión. Consentí por amistad, porque ella es una chica estupenda pero sumamente tímida. ¡Se puso como un tomate cuando tuvo que darme una charla! Además, en mi sentido práctico, pensaba que mientras perdiera el tiempo conmigo no pescaría a alguna incauta.

Hace ya seis años que terminamos la carrera. Poco después yo me fui de la ciudad. A ella tampoco tardaron mucho en trasladarla. No está más de dos años en el mismo sitio, y lo pasa fatal en cada cambio. Seguimos manteniendo contacto por email, aunque cada vez las cartas son más espaciadas, y nos hemos visto alguna vez que ella ha venido a Madrid.

Cosas que me escaman:

- De las doce chicas que vivían con ella al principio, al menos tres estaban en tratamiento psiquiátrico: depresión, ansiedad, insomnio, trastornos alimentarios... incluída la directora, una mujer agradabilísima a la que no permitían ir a visitar a su madre enferma.

- Mi amiga pasó los dos primeros años preparando oposiciones, sin trabajar y por tanto sin aportar dinero a la casa, de forma que el Opus le concedió un crédito que tuvieron que avalar sus padres. No sabéis qué agobio tenía la pobre, qué presionada se sentía para aprobar cuanto antes y acabar con esa situación. Pero una oposición no es fácil, y al final tuvo que desistir y trabajar por un salario ínfimo en distintos colegios del Opus. Chirriante.

- Cada vez que mi amiga puede ir a ver a su familia (Semana Santa, verano, Navidades...) surgen viajes, cursos, convivencias... que le impiden reunirse con ellos.

- Cuando me ha invitado a comer o merendar efectivamente la que me ha invitado ha sido ella, porque en la casa le han hecho pagar el importe religiosamente, y nunca mejor dicho.

- Su teléfono móvil, un regalo de sus padres, ha sido el único de la casa, y empleado por todas hasta que alguna lo perdió. No se lo han reemplazado. Qué bonito.

- Creo que lo peor es que el carácter de mi amiga, que a pesar de su timidez tiene su genio y un ramalazo muy rebelde, choca (así me lo ha comentado ella alguna vez) con ese espíritu de no cuestionar, de acatar porque sí...

La verdad es que todas estas cosas no dejan de ser anecdóticas, un pobre argumento. Lo que para mí no es anecdótico es leer vuestras historias, ver vuestro dolor. No quiero ver a mi amiga así. Quiero verla feliz, dentro o fuera del Opus, me da igual. ¿O es que no se puede ser feliz dentro del Opus?

Respeto la vida que ha elegido, como ella respeta la mía (estoy casada con un divorciado). Pero realmente me alarman cosas que he visto y cosas que leo en vuestra página. Y aunque no soy quién para meterme en la vida de nadie, igual que yo no consiento que nadie se meta en mi vida, no me gusta pensar que ella pudiera estar necesitando ayuda sin yo enterarme. Pero el asunto es muy delicado. Me gustaría saber vuestra opinión. Gracias.

Un abrazo a todos. Ánimo y adelante.
Ana









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=8585